La Unión Europea impuso restricciones para las tintas que pueden utilizar los tatuadores a partir del miércoles. Los salones de tatuaje han reaccionado molestos, quejándose de que su arte perderá gran parte de su vitalidad por las nuevas normas, que prohíben miles de sustancias químicas en las tintas usadas para colorear.
El bloque de 27 países alega que es una decisión necesaria para proteger la salud pública, pues miles de elementos en las tintas pueden provocar desde alergias hasta cáncer.
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El enfrentamiento entre los defensores de la nueva regulación y quienes promueven la libertad de expresión artística ha desencadenado un torrente de quejas y acusaciones.
En Ámsterdam, Tycho Veldhoen ha sido tatuador desde hace un cuarto de siglo. Dijo temer un “impacto enorme” en su trabajo al quedar prohibidos ciertos colores. “Porque, como un pintor, de repente pierdes una parte gigantesca de tu paleta” de colores, sin alternativas a la vista.
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Veldhoen advirtió que incluso las cosas podrían empeorar el año próximo, cuando se prohíban más tintas que se usan actualmente. Los negocios de tatuajes en el bloque de 27 naciones ya han tenido dos años difíciles desde que el COVID-19 trajo restricciones y confinamientos. Ahora dicen que una crisis perfectamente evitable los está golpeando aún más.
“Todo ha sido muy repentino”, afirmó Veldhoen. “Debió haber mucha más preparación”.
La UE, sin embargo, sostiene que ese no fue el caso. El bloque ha dicho que el proceso de consulta comenzó en 2016, mientras que la regulación oficial que anunció las nuevas restricciones del miércoles se remonta al 14 de diciembre de 2020.
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“Así que esto no es una sorpresa ni una novedad total. Es más bien la generalización de una práctica que ya existe en bastantes Estados miembros”, aseguró el portavoz de la UE Eric Mamer. Siete naciones de la UE ya tenían restricciones nacionales.
La Comisión Europea sostiene que sí existen alternativas para los productos prohibidos, pero los salones de tatuajes dicen que los fabricantes los están entregando con demasiada lentitud.
Las autoridades europeas alegan que se necesitaban pautas de salud estrictas, porque al menos el 12% de los europeos tiene tatuajes. El porcentaje se duplica para el grupo de quienes tienen de 18 a 35 años, según cifras de la UE.