Haití recibió el año nuevo envuelto en actos de violencia que alcanzaron al primer ministro Ariel Henry, quien huyó de la ciudad de Gonaïves, en el norte del país, tras un enfrentamiento entre agentes de sus fuerzas de seguridad y un grupo armado que le había advertido no poner un pie en la ciudad.
La prensa local publicó que una persona murió y dos más resultaron heridas en el tiroteo que obligó a Henry y a otros a agacharse y buscar refugio cuando salían de una catedral el sábado después de una misa para celebrar la independencia haitiana de Francia.
PUBLICIDAD
Un portavoz de la Policía Nacional de Haití dijo a The Associated Press el lunes que la policía había asegurado el área.
El incidente representa un nuevo golpe a régimen interino frágil de Henry, que lidia con una pobreza profunda y un aumento de violencia de pandillas, al tiempo que intenta crear una coalición para ayudar a gobernar al país luego del asesinato del presidente Jovenel Moïse, ocurrido el 7 de julio. Las elecciones generales están programadas para mediados de 2022.
En un tuit en que se refirió al incidente, Henry agradeció al obispo de Gonaïves por celebrar la misa “pese a la situación tensa que prevalece en la ciudad”.
Las calles de Gonaïves se encontraban mayormente vacías, al igual que la catedral, Saint-Charles-de-Boromé, por las celebraciones tradicionales del día de Independencia. Henry no pudo ofrecer su discurso planeado luego que el tiroteo lo obligó abandonar la ciudad. En 2020, Moïse canceló un viaje a Gonaïves en medio de amenazas de protestas violentas.
“Hoy, nuestros enemigos, los enemigos del pueblo haitiano, son los terroristas que no dudan en hacer uso de la violencia para matar personas con toda su capacidad, o secuestrar, quitarles su libertad, violarlas. Y hacen todo por dinero”, dijo Henry en un comunicado compartido el domingo en Twitter.
Henry ha prometido combatir las pandillas a las que las que las autoridades culpan del incremento de secuestros y del bloqueo de la distribución de combustible en las estaciones en una medida que causó una escasez severa de combustible en meses recientes y llevó a los gobiernos de Estados Unidos y Canadá a exhortar a sus ciudadanos a salir de Haití.