Varias marchas callejeras y acciones opositoras convocadas para el lunes en Cuba por el dramaturgo Yunior García y un grupo de jóvenes no se realizaron como ellos las planearon, aunque se pusieron de manifiesto en las redes sociales, mientras que grupos de simpatizantes del gobierno se tomaron plazas y parques para celebrar la reapertura de la isla tras 20 meses de restricciones por la pandemia.
Algunos activistas que hicieron pública su idea de manifestarse, sobre todo los coordinadores de las protestas, indicaron que habían recibido citaciones de la policía en días anteriores y que grupos progubernamentales les impidieron salir de sus casas en los últimos días.
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En La Habana, el cruce de las céntricas calles de Prado y Malecón —el punto acordado de concentración— lució tranquiló y con un moderado control policial, constató The Associated Press. En cambio, activistas subieron a las redes sociales fotos vestidos de blanco y flores en las manos o colgando sábanas de ese color en balcones y portales, otras de las formas de protesta que los grupos contestarios impulsaron.
“Manifestarnos es un derecho cívico. Bajo las circunstancias en las que estemos y con las herramientas que tengamos cada cual tiene ese derecho”, dijo por vía telefónica el cineasta y director de fotografía Raúl Prado a la AP.
Prado indicó que muchas personas “están sufriendo también las consecuencias” de haber expresado públicamente su disposición a manifestarse pues, dijo, las autoridades les cortaron internet, se apostaron policías de uniforme o en civil en sus domicilios o sufrieron “actos de repudio” de vecinos o activistas que cantaban consignas revolucionarias o gritaban contra quienes consideran contrarios a sus ideas.
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La manifestación fue convocada por García y su grupo Archipiélago -un foro de debate en internet que ya alcanzó los 35.000 miembros-. En septiembre los organizadores presentaron un pedido de permiso para realizar la marcha –primero en La Habana y luego se sumaron casi una decena de ciudades– que fue rechazado por las autoridades por considerarla ilegal y anticonstitucional pues a su entender va en contra del precepto de que el socialismo es irrevocable.
La víspera García intentó hacer una caminata en solitario como protesta por la denegación del permiso para la protesta del lunes pero le fue impedida por grupos progubernamentales de personas que bloquearon la puerta en su edificio y su calle. Estos desde la azotea le colocaron banderas cubanas tapando las ventanas de su apartamento.
En un recorrido la AP constató que el lunes la zona se encontraba tranquila -sin manifestaciones de simpatizantes gubernamentales- pero había una guardia frente a la vivienda. Sus teléfonos y otros de los coordinadores de Archipiélago permanecían interrumpidos.
La fiscalía advirtió hace algunas semanas que serán encarcelados quienes realizaran la manifestación.
Los organizadores pidieron a las personas que no puedan salir colocar sábanas o prendas blancas en sus hogares, aplaudir a las tres de la tarde (hora prevista de la marcha) o sonar cacerolas. Ninguna de estas última acciones se verificó en La Habana.
La marcha fue convocada en demanda de la liberación de presos -sobre todo aquellos que fueron detenidos en julio en otras protestas-, una ampliación de los derechos humanos y un diálogo nacional.
En su lugar plazas y parques fueron tomados por grupos de simpatizantes del gobierno para realizar actividades culturales que dieran la bienvenida a la reapertura del país y lo que se espera sea una etapa de mayor flexibilidad en las medidas contra el COVID-19. Además, para conmemorar los 502 años de la fundación de La Habana.
Por su parte, la emprendedora Saily González, quien reside en Villa Clara y es moderadora de Archipiélago, subió una transmisión en vivo a través de internet cuando colocó paños blancos en su portal mientras simpatizantes del gobierno vestidas de rojo cantaban consignas revolucionarias y la insultaban.
“Voy a salir ahora mismo a donde están todas esas hordas de esbirros a tender estas sábanas blancas y cortinas blancas y todo lo blanco que teníamos aquí, en la casa, por la libertad de Cuba”, se le escuchó decir.
Para los que iban a las calles, los organizadores habían llamado a vestirse de blanco.
Archipiélago reportó en su página de Facebook el arresto de un miembro llamado Abdiel Pérez en Camagüey e informó que no podían contactar con su moderador en Las Tunas, Adrián Nápoles Capote.
Las autoridades acusaron a García y a Archipiélago de estar financiados y formar parte de un plan de Estados Unidos y grupos de interés de la Florida para destruir a la revolución en el marco de una creciente hostilidad desde Washington para presionar un cambio de modelo político.
Por la mañana, el presidente Miguel Díaz-Canel inauguró el reinicio del curso escolar en todo el país con lo cual unos 700.000 niños de primaria retomaron sus clases. Las semanas pasadas un número similar de alumnos de los otros niveles educativos habían regresado ya a las aulas.
Cuba logró un control relativo de la pandemia tras un rebrote ocasionado por la llegada de la variante Delta al país a comienzos de año que la llevó a registrar 9.000 nuevos casos diarios a unos 400 actualmente.
La nación caribeña es la única de América Latina que cuenta con vacunas de producción nacional — Abdala, Soberana Plus y Soberana 02— que también se han exportado a Irán, Venezuela, Nicaragua y Vietnam. Las autoridades informaron que más de ocho millones de personas -incluidos niños a partir de los dos años- ya fueron inmunizados con un esquema completo de tres dosis.
Se espera que el lunes los aeropuertos comiencen a recibir turistas internacionales, un sector vital para la economía del país que atraviesa una profunda crisis económica y ha estado casi paralizada con visibles efectos en el abastecimiento y la inflación, sobre todo en alimentos, combustible y energía eléctrica. Funcionarios dijeron que podrían arribar unos 100.000 viajeros en lo que queda del año.
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