Dos políticas francesas iniciaron sus campañas presidenciales el domingo, buscando convertirse en la primera mujer en gobernar Francia en las elecciones del próximo año.
Las postulaciones de la ultraderechista Marine Le Pen y de la alcaldesa socialista de París, Anne Hidalgo, eran ampliamente esperadas, y se suman a una creciente lista de rivales del presidente centrista Emmanuel Macron. Esto incluye batallas entre múltiples candidatos potenciales de la derecha -incluyendo otra política: Valerie Pecresse- y entre los Verdes.
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Hidalgo, de 62 años, alcaldesa de la capital francesa desde 2014, es la favorita para ganar la nominación del Partido Socialista. Lanzó su candidatura en la ciudad noroccidental de Ruan.
“Quiero que todos los niños de Francia tengan las mismas oportunidades que yo tuve”, dijo, invocando sus raíces. Hidalgo es hija de inmigrantes españoles que huyeron de su país en busca de libertad durante el régimen del dictador Francisco Franco.
Le Pen, de 53 años, líder del partido Agrupación Nacional, comenzó su campaña en la ciudad sureña de Fréjus con la promesa de defender la “libertad” francesa. Reiterando un mensaje de la extrema derecha que, según los críticos, ha vilipendiado a las comunidades musulmanas, Le Pen prometió ser dura con “las partes de Francia que han sido talibanizadas”. Aunque ya había anunciado su candidatura, el domingo nombró a Jordan Bardella, de 26 años, como jefe en funciones del partido para permitir a su campaña avanzar a toda marcha.
Le Pen también está rehaciendo su imagen para estas elecciones. Ha dejado atrás el vestuario azul oscuro que la caracterizaba. Ahora se vestirá de azul claro para la campaña, “para mostrar nuestra visión, menos partidista, (llegando) más alto”, dijo el consejero especial de Le Pen, Philippe Olivier, citado por el diario conservador Le Figaro.
Macron, de 43 años, aún no ha anunciado su candidatura a la reelección, pero se presume que lo hará. El lanzamiento de una candidatura en Francia es una formalidad necesaria para cada elección presidencial.
Se espera que la votación se reduzca a un duelo entre Le Pen y Macron, como ocurrió en las pasadas elecciones presidenciales de Francia en 2017.