Tres presidentes estadounidenses asistieron el sábado solemnemente al Monumento Nacional Conmemorativo del 11 de septiembre en Nueva York, compartiendo un momento de silencio para recordar los 20 años del peor ataque terrorista de la nación, ofreciendo uno al lado del otro una muestra de unidad.
Los presidentes Joe Biden, Barack Obama y Bill Clinton se reunieron en el lugar donde cayeron las torres del World Trade Center hace dos décadas. Cada uno portaba cintas azules y se cubrió el corazón con las manos mientras una procesión avanzaba con una bandera estadounidense a través del monumento ante cientos de personas, algunas con fotos de los seres queridos que perdieron en los ataques.
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Antes de que comenzara el evento, un avión voló sobre la zona en un eco inquietante de los ataques, atrayendo una mirada de Biden hacia el cielo. Durante gran parte de la ceremonia el mandatario estuvo de pie con los brazos cruzados y la cabeza inclinada, escuchando mientras se leían los nombres de las víctimas. En cierto momento se secó una lágrima.
Biden era senador cuando varios secuestradores se apoderaron de cuatro aviones comerciales y llevaron a cabo el ataque. Biden fue vicepresidente de Obama en 2011 cuando Estados Unidos recordó el décimo aniversario de los atentados. La conmemoración del sábado fue la primera de Biden como comandante en jefe. Los actos culminan con una visita al Pentágono, donde el ejército más poderoso del mundo sufrió un golpe impensable en su propia sede.
Entre ambos actos, Biden visitó Shanksville, en Pensilvania, donde los pasajeros de uno de los aviones secuestrados se amotinaron y provocaron que se desplomara su aeronave, que aparentemente se dirigía contra el Capitolio de Estados Unidos. Biden y su esposa, Jill, caminaron con familiares de las víctimas de ese avión hacia un campo de hierba donde acabó el avión.
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Durante los actos Biden cedió la palabra a otras autoridades.
La vicepresidenta Kamala Harris habló en el Monumento Nacional al Vuelo 93, elogiando el coraje de esos pasajeros y la resistencia de los estadounidenses que se unieron en los días posteriores a los ataques.
“En un momento de absoluto terror, nos buscamos el uno al otro”, dijo. “Si hacemos el arduo trabajo de trabajar juntos como estadounidenses, si permanecemos unidos en nuestro propósito, estaremos preparados para lo que venga después”.