Deslaves provocados por fuertes lluvias causaron “daños extremos” en una importante carretera interestatal y la dejaron bloqueada con pilas de rocas y troncos, informaron el domingo funcionarios de transporte de Colorado, mientras meteorólogos alertan que habrá más inundaciones súbitas en los próximos días en las regiones de las Montañas Rocallosas y la Gran Cuenca.
El riesgo de inundación era elevado en muchas áreas del oeste en donde los recientes incendios forestales acabaron con la vegetación y dejaron las laderas más susceptibles a la erosión, informó el Servicio Nacional de Meteorología.
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La Interestatal 70 en Glenwood Canyon, Colorado, fue cerrada sin fecha probable de reapertura después de ser golpeada por inundaciones súbitas durante tres días. Los carriles en ambas direcciones permanecían cerrados a causa de los escombros que fueron arrastrados desde las zonas calcinadas por un incendio el año pasado en el área de Grizzly Creek.
El torrente de rocas que bajó de las empinadas laderas del cañón destrozó secciones de la vialidad de concreto y desprendió una larga sección de la barandilla de acero, según se ve en fotografías proporcionadas por funcionarios estatales.
Se pronostica más lluvia en la región afectada por la sequía, por lo que se emitieron alertas por la posibilidad de inundaciones súbitas en partes de Utah, Colorado, Nuevo México, Idaho, Montana, Nevada, Oregon y el estado de Washington.
La Interestatal 70 es un importante corredor de transporte entre las Montañas Rocallosas y la costa oeste.
Un tramo de aproximadamente 74 kilómetros (46 millas) de la carretera estaba cerrado.
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Funcionarios de transporte aconsejaron a los conductores de camiones de larga distancia desviarse hacia el norte a la Interestatal 80 a través de Wyoming.
El domingo, las cuadrillas todavía evaluaban el daño. Habían estado trabajando desde el jueves para despejar la carretera cuando otra inundación súbita golpeó el sábado, lo que los obligó a desalojar la zona y causó incluso más daño.
“Cuando sepamos exactamente cuál es el daño, tendremos una mejor idea” de cuándo volverá a abrir, dijo la vocera del Departamento de Transporte de Colorado, Tamara Rollison.
“No sólo es cuestión de despejar los escombros. También está el daño”, comentó. “Nuestros ingenieros nunca habían visto algo así antes”.
Más de un centenar de personas tuvieron que pasar la noche del jueves en la carretera, incluidas casi 30 que se refugiaron en un túnel después de los deslaves en el oeste de Colorado.