La efectividad de la vacuna de Pfizer contra el COVID-19 disminuye ligeramente con el tiempo, pero sigue brindando un alto grado de protección al menos seis meses después de la segunda dosis, según datos de la farmacéutica publicados el miércoles.
Los hallazgos son evidencia que las autoridades de salud de Estados Unidos considerarán para tomar la decisión de si es necesario un refuerzo y cuándo. Pfizer y su socio alemán, BioNTech, dijeron que tienen la intención de solicitar autorización para los refuerzos.
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Los nuevos datos se desprenden del estudio de 44.000 personas que dio inicio al uso extendido de la vacuna, mostrando su alta efectividad en los primeros meses tras la vacunación. Las empresas han dado seguimiento a los participantes de ese estudio durante seis meses y contando.
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Más importante aún es que la protección contra el COVID-19 severo sigue siendo muy elevada: de casi 97%, según hallaron los investigadores. En general, la protección contra el COVID-19 sintomático fue del 91% durante el periodo de seis meses, según el estudio.
Pero un vistazo más de cerca muestra que la eficacia contra cualquier infección sintomática se redujo gradualmente cada dos meses. Después de que los participantes recibieron la segunda dosis, la protección alcanzó un máximo de 96%. Pero para el cuarto mes, la efectividad era de 90%, y para el sexto mes, era de aproximadamente 84%.
Los resultados del estudio fueron publicados en internet, pero no han pasado por una revisión científica completa. No señalan cómo funciona la vacuna contra la contagiosa variante delta. Sin embargo, las empresas mencionaron pruebas separadas y datos de la vida real que muestran que las vacunas proveen defensas contra la variante.