La policía utilizó gas lacrimógeno y cañones de agua para dispersar a los manifestantes que se reunieron el miércoles en Atenas para oponerse a los requisitos de vacunación contra el COVID-19 propuestos por el gobierno griego.
La manifestación frente al Parlamento se produjo horas después de que el gobierno presentó una propuesta para hacer que sea obligatorio vacunarse contra el COVID-19 para los empleados de casas para ancianos y centros de atención.
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De acuerdo con la propuesta, los miembros del personal de dichos establecimientos podrían ser suspendidos sin goce de sueldo a partir de mediados de agosto si no cumplen.
La policía arrojó gas lacrimógeno y utilizó los cañones de agua luego de que los manifestantes trataron de romper el cordón policial.
Varias miles de personas también participaron en una protesta en Salónica, la segunda ciudad más poblada de Grecia.
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La vacuna contra el COVID-19 ya es obligatoria para el personal de rescate empleado por el Servicio de Bomberos de la nación, que esta semana empezó a transferir a los miembros no vacunados de su servicio de rescate a otros departamentos.
El gobierno griego está preocupado de que la lentitud en la vacunación perjudique la recuperación económica de la nación luego de la fuerte recesión del año pasado causada por los confinamientos y el impacto que tuvo la pandemia en el sector turístico.
Aproximadamente el 45% de la población del país ha recibido las dos dosis de la vacuna contra COVID-19, de acuerdo con datos oficiales.