El gobierno británico ha decidido no inocular a la mayoría de los niños y adolescentes contra el COVID-19 hasta que se tengan más datos sobre la seguridad de las vacunas.
Los niños de 12 años o más con neurodiscapacidades graves, síndrome de Down, inmunosupresión y discapacidades de aprendizaje múltiples o graves, así como los que estén en contacto con personas inmunodeprimidas, podrán ser vacunados, según informó el gobierno el lunes.
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La decisión de no vacunar a la mayoría de los menores de 18 años se basó en la recomendación de un grupo de asesores. El Comité Conjunto sobre Vacunación e Inmunización (JCVI, por sus siglas en inglés) dijo que los beneficios de la vacunación universal no superan los riesgos para la mayoría de los jóvenes, quienes suelen sufrir sólo síntomas leves del virus.
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“Hasta que se cuente con más datos sobre inocuidad y se hayan evaluado, se sugiere un enfoque de precaución”, dijo el JCVI en un comunicado.
El secretario de Salud, Sajid Javid, declaró que “el consejo no recomienda la vacunación a los menores de 18 años que no tengan afecciones de salud subyacentes en este momento”.
“Pero el JCVI continuará con la revisión de nuevos datos, y considerará si es necesaria la vacunación de menores de 18 años sin afecciones de salud subyacentes en una fecha futura”.
Los niños y adolescentes del Reino Unido que reúnan los requisitos para la inoculación recibirán la vacuna de Pfizer/BioNTech, la única que los reguladores británicos han autorizado para su uso en menores de 18 años. La Universidad de Oxford aún realiza ensayos sobre la inocuidad y eficacia en niños de la vacuna que ha desarrollado con AstraZeneca.
Además de las cuestiones médicas y científicas que rodean el uso de las vacunas COVID-19 por parte de los adolescentes, muchos expertos en salud pública plantean dudas sobre la conveniencia de inocular a niños de bajo riesgo en un momento en que muchas de las personas más vulnerables del mundo siguen sin tener acceso a las vacunas.