Russell Bright, de siete años, apretó la mano de su padre con fuerza cuando las pruebas de la vacuna COVID-19 de Pfizer comenzaron el lunes en Louisiana para niños de 5 a 11 años.
Los niños sostenían animales de peluche, jugaban debajo de sillas y algunos lloraban en el Centro Médico Ochsner, en las afueras de Nueva Orleans. Se les revisó la temperatura y la presión arterial, se les hizo un hisopado de la nariz y se les extrajo sangre para análisis. Finalmente, recibieron una inyección de la vacuna o un placebo.
PUBLICIDAD
Ochsner se encuentra entre las 98 instalaciones en 26 estados, el Distrito de Columbia, Finlandia, Polonia y España donde se están llevando a cabo o están previstas las pruebas.
Las familias no sabrán durante seis meses si sus hijos realmente fueron vacunados. En ese momento, los niños que no recibieron la vacuna tendrán la oportunidad de hacerlo.
La vacuna Pfizer fue aprobada el 10 de mayo para niños de 12 a 15 años.
Adam Bright, cuyo hijo menor Tucker, de 5 años, también participa, dijo que valía la pena la oportunidad de ser parte del juicio.
“Quiero hacer mi parte y que mis hijos hagan su parte”, dijo. “Tanto mi esposa como yo ya estamos vacunados, por lo que cuanto antes pueda vacunarlos y sentirme cómodo al estar afuera, sin tener que usar una máscara, pensé que la forma más fácil de conseguirlo es pasar por la prueba”.
PUBLICIDAD
Te recomendamos:
- LUMA advierte a alcaldes y contratistas no tocar sistema de transmisión
- Sin personal Ciencias Forenses para procesar los \’safe kits\’
- Deborah Martorell dice que no hubiese soportado WAPA sin el amor de su esposo
Russell, con una máscara de Spiderman, dijo que anhela unas vacaciones de verano que pueden incluir el parque acuático o un viaje más largo, y luego la escuela sin máscaras y distanciamiento social.
“Estoy deseando ver más a mis amigos y no usar mascarillas”, dijo. “No puedes ver si estoy frunciendo el ceño o sonriendo. No me gusta usarlos”.
Kalil Chaudhry-Halperin, de cinco años, sostenía un juguete de peluche Bruni, el espíritu de fuego parecido a un lagarto en la película Frozen 2, mientras esperaba en Ochsner.
Era tímido y un poco nervioso, pero su padre, Jason Halperin, dice que Kalil estaba emocionado porque sabe que sus padres y su hermana de 12 años han sido vacunados.
“Usted sabe cuánto hemos pasado todos, toda nuestra comunidad, pero ahora tenemos vacunas seguras, efectivas y que salvan vidas, y no solo lo ayuda a él, sino a toda la comunidad y a cualquier persona vulnerable de nuestra familia”, dijo Jason Halperin. . “Esa es una gran lección para impartir a nuestros hijos”.
