El gobernador de Maryland indultó el sábado póstumamente a 34 víctimas de linchamientos raciales ocurridos de 1854 a 1933 en el estado y afirmó que se les negó el debido proceso legal contra las acusaciones que enfrentaron.
Los indultos son los primeros de su tipo concedidos por un gobernador en un estado de Estados Unidos.
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El gobernador Larry Hogan firmó la orden durante un acto para homenajear a Howard Cooper, un adolescente de 15 años que fue sacado de una prisión y colgado de un árbol por una turba de hombres blancos en 1885 antes que sus abogados pudieran presentar una apelación contra el fallo de un jurado exclusivamente blanco que lo había declarado culpable de violación en cuestión de minutos.
“Mi esperanza es que esta acción, de alguna manera, contribuya a corregir estos errores espantosos y brinde quizá un poco de paz al recuerdo de estos individuos y sus descendientes y seres queridos”, declaró Hogan.
Hogan y otros funcionarios estatales asistieron a una ceremonia en Towson, Maryland, cerca de la prisión donde Cooper estuvo recluido. Una placa fue develada en el lugar en asociación con la Coalición del Proyecto Memorial de Linchamientos del condado Baltimore, la Iniciativa de Justicia Igualitaria y el condado Baltimore.
La presidenta de la Cámara de Representantes de Maryland, Adrienne Jones, la primera persona de raza negra y primera mujer en ese cargo en el estado, lo describió como un día importante cuando el gobernador, el fiscal general Brian Frosh y el ejecutivo del condado de Baltimore, John Olszewski, todos blancos, se unieron para “decir que esto estuvo mal… a fin de avanzar al siguiente capítulo”.
“Conmemorar el lugar donde Howard Cooper fue linchado nos da la oportunidad de confrontar las injusticias de nuestro pasado”, dijo Jones.
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La placa develada el sábado detalla que el cadáver de Cooper fue dejado colgando de un árbol de sicómoro “para que los residentes blancos airados y los pasajeros de trenes pudieran verlo”.
“Después, fragmentos de la soga fueron obsequiados como souvenirs”, se lee en la placa. “La madre de Howard, Henrietta, recogió los restos de su hijo y lo sepultó en una fosa común en Ruxton. Nadie fue llamado a rendir cuentas por el linchamiento de su hijo”.