Tratando de salvar puestos de trabajo mientras la pandemia golpea los ingresos del Vaticano, el papa Francisco ordenó el miércoles recortes salariales para los cardenales, clérigos y monjas que trabajan en la Santa Sede.
En un decreto publicado en el L’Osservatore Romano, Francisco indicó que a partir de abril los salarios de los cardenales se reducirán 10%. Los superiores de los diversos departamentos de la Santa Sede, quienes, con pocas excepciones, son clérigos, se verán afectados por recortes del 8%, mientras que la reducción para sacerdotes y monjas de menor rango será de 3%.
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En el decreto, el papa dice que las finanzas de la Santa Sede han estado marcadas por varios años de déficit. Francisco escribió que, además de los problemas financieros, la pandemia de COVID-19 “ha impactado negativamente en todas las fuentes de ingresos de la Santa Sede y el Estado de la Ciudad del Vaticano”.
El ajuste del cinturón “tiene el objetivo de salvar los puestos de trabajo actuales”, escribió Francisco.
Los trabajadores laicos de menor rango en el Vaticano no se ven afectados por las reducciones salariales, pero sus incrementos, de cada dos años, se congelarán temporalmente. Sin embargo, los trabajadores laicos con sueldos más bajos sí recibirán un aumento.
Las prohibiciones al turismo en muchos países y otras restricciones debido a la pandemia han reducido drásticamente los ingresos de los Museos Vaticanos, que, con su Capilla Sixtina, es un generador de dinero perenne para el Vaticano.
Los museos están actualmente cerrados y permanecerán así al menos durante la próxima Semana Santa, que normalmente es uno de los períodos más ajetreados para el turismo en Roma.
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Los cardenales, otros clérigos y las monjas en Roma generalmente no tienen los gastos que la mayoría de los laicos tienen, como alquileres o hipotecas a valor de mercado, facturas de servicios públicos y calefacción, ya que muchos residen en viviendas propiedad del Vaticano o de órdenes religiosas.
Algunos cardenales tienen apartamentos espaciosos y bien equipados en palacios históricos de Roma. Un cardenal que trabaje en el Vaticano puede ganar unos 5.000 euros mensuales (6.000 dólares).
En cualquier caso, señaló Francisco, las reducciones salariales no se aplicarán a nadie que pueda documentar que los recortes le harán “imposible cubrir los gastos fijos relacionados con sus condiciones de salud” o los de familiares cercanos.
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