El Senado votó con el margen mínimo el jueves en favor de empezar a debatir una propuesta de ayuda de 1,9 billones de dólares, luego de que los demócratas hicieron cambios de último momento con el fin de garantizar que pudieran sacar adelante una de las principales prioridades legislativas del presidente Joe Biden a través de la cámara alta escasamente dividida.
Los demócratas esperaban que el Senado aprobara el paquete de ayuda antes de la próxima semana, a tiempo para que la Cámara de Representantes le diera el visto bueno y enviara la medida a Biden rápidamente. Se encontraron con la oposición de los republicanos, quienes alegan que el enorme precio de la propuesta ignoraba las prometedoras señales de que el fin de la pandemia está a la vista y la dañada economía se está recuperando.
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Los líderes demócratas hicieron más de una decena de adiciones tardías al paquete, lo que refleja su necesitad de cimentar un apoyo unánime por parte de todos sus senadores, además del voto del desempate de la vicepresidenta Kamala Harris, para tener éxito en la cámara alta, que está divida 50-50. Se prevé que el Senado apruebe la propuesta y que la Cámara de Representantes la envíe a Biden para que la promulgue a mediados de marzo, dándole una importante y temprana victoria legislativa.
La votación de 51 a favor y 50 en contra en el Senado para empezar a debatir el paquete de ayuda, con el voto de Harris que impulsó a los demócratas, destacó la manera en que están sorteando la propuesta a través del Congreso sin prácticamente ningún margen de error. En la Cámara de Representantes, su mayoría es de apenas 10 votos.
La propuesta, dirigida a combatir al virus y a ayudar a que la dañada economía retome un buen nivel, proporcionará pagos directos de hasta 1.400 dólares a la mayoría de los estadounidenses. También hay dinero para vacunas contra el coronavirus y pruebas de diagnóstico, fondos de ayuda a gobiernos estatales y locales, así como para las escuelas y la industria aérea, además de exenciones fiscales para personas de bajos ingresos y familias con niños, y para subvenciones a los seguros de salud.
“No vamos a ser tímidos ante un gran desafío”, comentó el líder de la mayoría en el Senado, Chuck Schumer.
Las nuevas provisiones ofrecieron elementos atractivos para todo tipo de demócratas. Los progresistas obtuvieron dinero para impulsar los programas de alimentación, subvenciones federales para la atención sanitaria de los trabajadores que pierden sus empleos, préstamos estudiantiles libres de impuestos y dinero para la radiodifusión pública y las investigaciones de protección del consumidor.
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Los moderados que obtuvieron fondos para la atención médica rural, asegurándoles cantidades mínimas de dinero a los estados más pequeños y una prohibición de que los estados que recibieran ayuda no utilizaran los ingresos extraordinarios para recortar impuestos. Y para todos, hubo dinero para la infraestructura, centros culturales, compañías start-up y programas extraescolares.
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