Wall Street tuvo el viernes una jornada agitada en la que la mayoría de las acciones cerraron en baja y el S&P 500 registró su segunda semana consecutiva con pérdidas.
Los inversionistas continuaban atentos al mercado de bonos del Tesoro, así como al accionar político en Washington, donde se espera que el Congreso apruebe el plan de estímulo económico del presidente Joe Biden.
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Los retrocesos en las acciones de bancos y empresas relacionadas con la atención médica ayudaron a que el S&P 500 cayera 0,5%, anulando una ganancia inicial. La caída de los precios del petróleo incidió en las acciones del sector energético. Las compañías de tecnología y servicios de comunicaciones, las más afectadas por las ventas la jornada anterior, tuvieron una leve recuperación, lo que ayudó a que el índice compuesto Nasdaq cerrara con un avance de 0,6%.
El rendimiento de los bonos rompió su racha ascendente de varias semanas. El del certificado del Tesoro a 10 años bajó de 1,51% a 1,42%.
“Seguimos pensando que la tendencia ascendente (de las acciones) está intacta en gran medida y que tendrán un mejor rendimiento que los bonos el año entrante”, dijo Sameer Samana, estratega de mercados globales en Wells Fargo Investment Institute.
El índice S&P 500 bajó 18,19 puntos, a 3.811,15. A pesar de presentar un retroceso durante dos semanas, el índice logró registrar una ganancia de 2,6% en febrero tras una pérdida de 1,1% en enero.
Por su parte, el índice Dow Jones descendió 469,64 unidades, el 1,5%, a 30.932,37, y el Nasdaq subió 72,91 enteros, a 13.192,34, aunque continúa acumulando su mayor pérdida semanal desde octubre. El Russell 2000 cerró con una pequeña ganancia de 0,88 puntos, menos de 0,1%, y terminó en 2.201,05.
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Los índices se mantienen cerca de sus máximos históricos que establecieron este mes.
Una racha de ventas en Wall Street el jueves adquirió fuerza cuando el rendimiento del bono del Tesoro a 10 años subió por encima de 1,5%, un nivel no visto en más de un año.
Dicha alza en los rendimientos de los bonos refleja un aumento en la confianza de que la economía va camino a la recuperación, pero también refleja expectativas de una inflación ascendente, que a la larga podría obligar a los bancos centrales a aumentar las tasas de interés para enfriar los incrementos de precios.
“Los inversionistas deben mirar esto como una afirmación de que la recuperación está consolidándose”, dijo Brian Levitt, estratega global de mercados en Invesco.
Samana señaló que aún prevé que las tasas de interés continúen aumentando, pero a un ritmo más lento.
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