La reducción en los suministros de la vacuna de Pfizer contra el COVID-19 ha generado frustración desde Europa hasta América del Norte.
Los gobiernos dicen que la demora les está costando un tiempo fundamental durante las primeras etapas del despliegue de las vacunas a los asilos de ancianos y al personal hospitalario.
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Italia ha amenazado con tomar medidas jurídicas. El gobierno de la provincia canadiense de Ontario dijo que el director general de Pfizer debería ser perseguido “con un buscapiés”. Y la Unión Europea señaló que “los contratos son para cumplirse”.
Muchas naciones están bajo presión por lo que es visto como un lento comienzo de las campañas de vacunación en comparación con países como Israel y Gran Bretaña. Pfizer agravó el problema el viernes pasado cuando anunció una reducción temporal en las entregas para poder aumentar la producción en su planta de Puurs, Bélgica, que suministra todas las dosis enviadas fuera de Estados Unidos.
La demora, que la farmacéutica dijo podría durar unas semanas, no sólo afecta el número de personas que pueden ser inoculadas durante ese periodo, sino que también altera los planes que los gobiernos elaboraron para que los ancianos y cuidadores recibieran las dos dosis necesarias dentro de un estricto periodo de varias semanas.
“Representa enormes problemas para nosotros”, dijo el primer ministro checo Andrej Babis.
“Todos nos sorprendimos por el anuncio de Pfizer-BioNTech sobre tener una demora”, manifestó la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.
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La UE ahora prevé que Pfizer entregue al bloque el 92% de lo que se esperaba para esta semana y la próxima. El 8% restante sería recuperado durante la semana del 15 de febrero.
Von der Leyen dijo que el desafío inmediato sería garantizar que haya suficientes dosis para que la gente que ya recibió su primera inyección de la vacuna de Pfizer reciba la segunda dentro del periodo recomendado.
“Es de suma importancia que obtengamos las dosis estipuladas en el contrato” que la Comisión Europea negoció, añadió. En total, la UE debía obtener hasta 600 millones de dosis de Pfizer.
Mientras tanto, el mayor general Dany Fortin, quien dirige la logística del despliegue y distribución de las vacunas en Canadá, dijo que Pfizer aplazó por completo las entregas previstas para la próxima semana y que habrá una disminución significativa en los suministros de las vacunas en las siguientes tres semanas.
El primer ministro de Ontario Doug Ford dijo que la escasez es más que un molesto inconveniente logístico.
“Simplemente estoy molesto por la situación, de que otros países la estén recibiendo”, comentó Ford. Señaló que si él fuera el primer ministro canadiense Justin Trudeau, llamaría al director general de Pfizer, Albert Bourla, todos los días y lo perseguiría “con un buscapiés”.
“No me detendría hasta obtener estas vacunas”, sentenció.
Pfizer comentó a The Associated Press el miércoles que cualquier retraso en estos momentos resultará en un enorme salto hacia adelante en los próximos meses. La compañía originalmente esperaba producir 1.300 millones de dosis de la vacuna este año.
“Ahora creemos que podemos potencialmente suministrar aproximadamente 2.000 millones de dosis para finales de 2021”, señaló la compañía en un comunicado.
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