Un creciente número de gobernadores y alcaldes de Estados Unidos está endureciendo las restricciones por COVID-19 previo al Día de Acción de Gracias, ante el temor de que los viajes vacacionales por festividades y las reuniones familiares sólo empeoren el resurgimiento del virus de costa a costa.
En estados como Nuevo México y Washington y ciudades como Filadelfia y Chicago, las autoridades están ordenando o implorando a la población permanecer en casa y mantener un distanciamiento social para ayudar a detener una oleada de contagios que amenaza con rebasar el sistema de atención médica del país.
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“Debo jalar las riendas de nuevo”, dijo el gobernador de Nueva Jersey, Phil Murphy, el lunes. “No me causa alegría”.
En California, el gobernador Gavin Newsom anunció que activará los “frenos de emergencia” a los planes para reanudar las actividades económicas debido a que el estado está registrando su mayor crecimiento de casos, y que si no se atiende, tendrá “resultados catastróficos”.
En tanto, Moderna Inc. anunció que su vacuna experimental contra el coronavirus al parecer tiene una efectividad de más de 94%, con base en resultados preliminares. Hace una semana, Pfizer reveló resultados similares con su propia fórmula.
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Las noticias aumentaron la esperanza de que al menos dos vacunas contra el COVID-19 podrían obtener una autorización de emergencia y estar disponibles en Estados Unidos antes que termine 2020.
Una cifra récord de aproximadamente 70.000 personas estaban hospitalizadas por coronavirus en Estados Unidos hasta el domingo, 13.000 más que una semana antes, de acuerdo con The COVID Tracking Project (Proyecto de Seguimiento de COVID). Los fallecimientos en Estados Unidos están registrándose a un promedio superior a los 1.100 diarios, un incremento de más de 50% en comparación con principios de octubre.
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El virus ha causado de más 246.000 decesos y más de 11 millones de contagios confirmados en Estados Unidos.
En Nuevo México, la orden de la gobernadora Michelle Lujan Grisham de confinarse en casa entró en vigor el lunes. Sólo negocios considerados esenciales, como tiendas de abarrotes y farmacias, estarán abiertos.
El gobernador de Washington, el demócrata Jay Inslee, ordenó el cierre de gimnasios, boliches, salas de cine, museos y zoológicos. Las tiendas deberán limitar su capacidad a 25%.
Por su parte, Filadelfia prohibió el servicio de restaurante en interiores y las reuniones de cualquier tamaño en espacios cerrados, públicas o privadas, de personas que viven en diferentes hogares, a partir del viernes.