El obispo de Arecibo, Daniel Fernández Torres, objetó hoy, viernes, la nueva Orden Ejecutiva que anunció la gobernadora Wanda Vázquez Garced, en el que se le da prioridad a los asuntos de la violencia contra la mujer en las agencias de gobierno, y pidió la derogación de la medida.
En un comunicado, Fernández Torres dice que el texto de la medida es una imposición de la ideología de género desde grados elementales y una intromisión en los medios de comunicación para instar a utilizar un lenguaje de acuerdo con la doctrina.
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De igual manera, aseguró que también es parte de la creación de mecanismos para filtrar la política pública, asignaciones de fondos y sugerir legislación basada en la ideología de género.
“La religión y la familia no son el enemigo de la mujer, sino una parte fundamental en la vida de las mujeres creyentes, como debería ser también en la vida de todas”, expresó el obispo en declaraciones escritas.
“Precisamente la violencia es una señal de la falta de Dios en el corazón de las personas, pues es ese amor a Dios el que nos lleva a amar a nuestro prójimo, en especial a los que nos rodean dentro de la familia”, continuó.
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Fernández Torres precisó que es necesario enfrentar la violencia y atender la raíz del problema, que según él, es la crisis en la familia y los valores más fundamentales de amor al prójimo, que son causados por la “ausencia de Dios en nuestras vidas”.
“Es necesario enfrentar la violencia atendiendo la raíz del problema, que es la crisis en la familia y los valores más fundamentales de amor al prójimo y respeto, que son causados por la ausencia de Dios en nuestras vidas. Sin embargo, hay que estar atentos a aquellos grupos que pretenden usar el dolor de tantas familias causado por la violencia, para adelantar agendas ideológicas que van en detrimento de la familia y los valores morales que nos deben distinguir como pueblo”, amplió.
Así las cosas, llamó a la derogación de la Orden Ejecutiva y a dirigir los esfuerzos contra la violencia respetando los esfuerzos en favor de la mujer que tantas organizaciones de base de fe realizan movidas por sus creencias religiosas y educando en el respeto y el amor. De igual modo, animó a los padres a objetar la implantación de estos contenidos educativos en las escuelas, sin descartar la vía judicial.