Amy Coney Barrett fue confirmada el lunes como jueza de la Corte Suprema por un Senado profundamente dividido, donde los republicanos superaron a los demócratas para instalar a la nominada del presidente Donald Trump días antes de la elección y con ello asegurar una mayoría conservadora en el máximo tribunal para los próximos años.
La jueza seleccionada por Trump para llenar la vacante del fallecido icono liberal Ruth Bader Ginsburg potencialmente da pie a una nueva era de fallos sobre el aborto, la Ley de Cuidado de Salud Asequible e incluso su propia elección. Los demócratas no pudieron detener el proceso, que lleva al tercer juez nominado por Trump a la Corte Suprema.
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Barrett tiene 48 años, y su nombramiento vitalicio como la 115ª jueza solidificará la inclinación del tribunal hacia la derecha.
La votación del lunes, 52 a favor y 48 en contra, fue la confirmación que más cerca se ha hecho de una elección presidencial, y la primera en los tiempos modernos que carece de apoyo del partido minoritario.
Con la confirmación de Barrett asegurada, se esperaba que Trump lo celebrara con un acto de juramentación en la Casa Blanca. El juez Clarence Thomas tomará el juramento, dijo un alto funcionario de la Casa Blanca.
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