Los vientos suaves dieron un respiro a los bomberos de California el martes mientras enfrentan un destructivo incendio forestal avivado por fuertes vientos en la región vinícola al norte de San Francisco y otro incendio rural que mató a tres personas.
La brisa reemplazó las poderosas ráfagas que hicieron avanzar las llamas por los condados de Napa y Sonoma el domingo y el lunes, quemando más de 170 kilómetros cuadrados (66 millas cuadradas).
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Al menos 95 construcciones se han quemado en la región vinícola, incluidas viviendas e instalaciones de bodegas. Un incendio forestal que ardía más al norte en el condado rural de Shasta ha destruido otros 146 inmuebles.
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El fuego en la región vinícola atravesó la maleza que no se había quemado en un siglo, a pesar de que las áreas circundantes quedaron incineradas en una serie de incendios en los últimos años.
Cuando los vientos amainaron el lunes por la noche, los bomberos se sintieron “mucho más confiados”, dijo Ben Nicholls, jefe de división del Departamento de Silvicultura y Protección contra Incendios de California, conocido como Cal Fire.
“No tenemos esas condiciones críticas de quema que estábamos experimentando esas dos últimas noches”, dijo.
El incendio en la zona vinícola es uno de los casi 30 que arden en California. El Servicio Meteorológico Nacional advirtió que las condiciones cálidas y secas con los fuertes vientos de Santa Ana seguirán representando un peligro para el sur de California hasta el martes por la tarde.