Partes de Texas y Luisiana se preparaban el lunes para inundaciones y otros efectos de la tormenta tropical Beta, que avanza por una zona de Estados Unidos ya abofeteada en esta excepcional temporada de huracanes.
Los expertos del Centro Nacional de Huracanes descartan que el sistema alcance categoría de huracán y redujeron las previsiones de lluvias de Beta el lunes por la mañana. Las nuevas estimaciones eran de hasta 38 centímetros (15 pulgadas) de precipitaciones en algunos lugares, frente a la previsión anterior de 51 cm (20 pulgadas).
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También los vientos máximos sostenidos remitieron a 85 kilómetros por hora (50 millas por hora) el lunes por la mañana. El sistema se movía hacia el oeste a 11 km/h (9 mph), indicaron los meteorólogos.
La lentitud del meteoro y su marejada ciclónica preocupan a las comunidades costeras. Se esperaba que el nivel del mar subiera hasta 1,5 metros (5 pies) desde San Luis Pass a Sabine Pass, en Texas.
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Las previsiones apuntaban a que Beta tocaría tierra el lunes por la noche en la costa central o norte de Texas en el Golfo de México, y llegara a Luisiana a mediados de semana. La lluvia era su principal amenaza.
Los meteorólogos dijeron que era posible que se produjeran inundaciones repentinas en Arkansas y Mississippi a medida que el sistema avanza hacia el interior.
Los expertos no creen que Beta ocasione la misma cantidad de lluvia que experimentó Texas durante el huracán Harvey en 2017 o la tormenta tropical Imelda el año pasado. Harvey arrojó más de 50 pulgadas (127 centímetros) de lluvia en Houston y causó daños por 125.000 millones de dólares en Texas. Imelda, que azotó el sureste de Texas, fue uno de los peores ciclones húmedos registrados.
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Las primeras bandas de lluvia de Beta llegaron a la costa de Texas el domingo, y las lluvias más intensas llegarán hasta la noche del lunes.