La tormenta tropical Laura tocó tierra cubana por segunda vez en la noche del lunes, en una trayectoria de oriente a occidente a lo largo de la costa sur, antes de dirigirse hacia Estados Unidos siguiendo los pasos de su homóloga Marco, en desintegración.
No hubo víctimas fatales en Cuba, pero Laura dejó al menos 11 muertos a su paso por República Dominicana y Haití el pasado fin de semana.
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José Rubiera, el experto en huracanes más importante del Instituto de Meteorología de Cuba informó en la televisión estatal que Laura entró a la isla por Punta La Capitana, en la provincia de Artemisa, sobre las 8 de la noche locales y saldría unas horas después por algún punto de Pinar del Río con rumbo noroeste hacia el Golfo de México.
En la madrugada del lunes el meteoro ya había tocado tierra cubana, atravesó la provincia de Santiago, en el oriente, y bordeó la costa sur de la isla durante el día con vientos y aguaceros.
Las autoridades de la oriental provincia de Guantánamo informaron que fueron evacuadas 23,000 personas residentes de zonas bajas en albergues estatales o casas de familiares, y se trasladaron hacia áreas seguras unas 900 toneladas de productos de exportación como cacao, fibra de coco o carbón vegetal.
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El consejo de la Defensa Civil de Guantánamo dijo que la caída de postes eléctricos dejó a la población a oscuras y se produjeron desplomes de techos en por lo menos media docena de tiendas, así como daños parciales en nueve centros educativos. Hubo inundaciones costeras sobre todo en la ciudad de Baracoa y rachas de vientos de 120 kilómetros por hora.
Desde Guantánamo hasta Ciego de Ávila había 3,500 kilómetros de líneas y 172 circuitos afectados por los vientos de Laura, dejando sin servicio eléctrico al 10% de la población, explicaron funcionarios.
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Igual escenario se vio en Santiago de Cuba, adonde fueron evacuadas preventivamente 100,000 personas.
En Las Tunas, donde el impacto de Laura no fue tan notable, se midieron rachas de vientos de hasta 86 kilómetros por hora y penetraciones de mar por el municipio de Amancio. Unas 71,000 personas estaban sin electricidad.
En Pinar del Río se trabajó para proteger al tabaco, un rubro exportable y se evacuó a 14,000 personas, reportaron medios de prensa locales.
En general, entre las principales afectaciones en Cuba se reportaron daños en viviendas y dependencias, caídas de árboles y daños a plantaciones de plátano, yuca y aguacates, así como la pérdida del servicio eléctrico. Sin embargo, las máximas autoridades reconocieron que el impacto era menor al anticipado inicialmente para una tormenta tropical de esta naturaleza, ya que su trayectoria no alcanzó a tocar La Habana.
“Hasta ahora no hemos tenido el nivel de afectación que esperábamos”, dijo en una reunión de seguimiento el presidente Miguel Díaz-Canel, quien calculó que alrededor de 1,000 viviendas sostuvieron daños.
Para alivio de muchos, el experto Rubiera indicó que no se esperan penetraciones de mar por el Malecón habanero. La capital, hogar de dos millones de personas y la ciudad más grande del país, fue dejada de lado de manera directa por el recorrido de Laura, aunque se sintieron rachas de hasta 120 kilómetros por hora, con reportes de apagones.
Antes, las autoridades de Haití reportaron haber recibido noticias de la muerte de una niña de 11 años aplastada por un árbol en Anse-a-Pitres, un poblado costero cerca de la frontera con República Dominicana al paso de Laura. El primer ministro de Haití informó que por lo menos otras ocho personas fallecieron y dos están desaparecidas. En República Dominicana, familiares relataron a reporteros que una madre y su hijo pequeño perecieron cuando una pared les cayó encima.
Cientos de miles de personas estaban sin electricidad en República Dominicana, en medio de fuertes inundaciones tanto allí como en Haití.
Según el Centro Nacional de Huracanes de La Florida (NHC, por sus siglas en inglés) Laura tenía vientos sostenidos de 65 kilómetros por hora y un ritmo de traslación de 32 kilómetros por hora. Se mueve hacia el oeste noroeste y se pronostica un giro al noreste el miércoles a través del Golfo de México.
Mientras tanto, después de pasar un día como huracán, la tormenta tropical Marco causó marea alta en las costas de Luisiana el lunes y comenzó a degradarse.
Los habitantes de la costa del Golfo de México se preparaban para el impacto de estos meteoros y muchos de ellos recordaban lo sucedido en 2005 cuando el huracán Katrina causó catastróficas inundaciones en Nueva Orleans en que unas 1.800 personas perecieron.
“Lo que sabemos es que subirán las aguas al llegar Marco y que no cederán antes de que llegue Laura y nunca hemos visto algo así, por eso la gente debe estar bien atenta”, expresó el gobernador de Luisiana, John Bel Edwards, el domingo.
Marco se convirtió en huracán el domingo, y si bien sus vientos descendieron a 80 kilómetros por hora para el lunes y luego comenzó a desintegrarse, el Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos advirtió que podría causar peligrosas inundaciones y fuertes vientos por toda la costa del Golfo.