Reuniones por el Día de la Independencia, fiestas de graduación, bodas sin mascarillas, bares atiborrados… hay razones por las que Estados Unidos ha acumulado más de 156.000 muertes por COVID-19, el mayor número para cualquier país, y por las que se acerca rápidamente a 5 millones de casos confirmados, también la mayor cantidad en el mundo.
Muchos estadounidenses se han resistido a usar mascarillas y a mantener el distanciamiento social, calificando dichas medidas de precaución como una respuesta exagerada o una violación a su libertad. Expertos en salud pública dicen que dicho comportamiento ha sido agravado por las normas confusas e incongruentes de los políticos y por la diversidad de estrategias para contener la propagación por parte de los gobiernos condales, estatales y federal.
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“Lo que es exasperante es que país tras país, estado tras estado, nos han demostrado cómo podemos contener el virus”, dijo el doctor Jonathan Quick, del Instituto de Salud Global Duke, que dirige una iniciativa por la pandemia para la Fundación Rockefeller. “No es como si no supiéramos qué funciona. Lo sabemos”.
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El número de infecciones confirmadas en Estados Unidos ha superado los 4,7 millones, con más de 60.000 nuevos casos al día. Aunque está por debajo del pico que superó por mucho los 70.000 casos diarios durante la segunda mitad de julio, los contagios están aumentando en 26 estados, muchos en el sur y oeste del país, y las muertes se están incrementando en 35 estados.
En promedio, el número de muertes diarias por COVID-19 en Estados Unidos durante las últimas dos semanas ha pasado de unas 780 a 1.056, según un análisis de The Associated Press.
En Massachusetts, las autoridades de salud investigan una media docena de brotes vinculados con eventos tales como una fiesta de salvavidas, una fiesta de graduación de secundaria, un baile de fin de curso, un campamento de futbol americano no autorizado y un paseo en crucero.
De una reciente fiesta en casa en Cape Cod a la que asistieron hasta 60 personas surgieron más de una docena de casos nuevos y provocó que algunos restaurantes cerraran o limitaran su servicio en la temporada alta de turismo.