Ante ocho demandas federales y la oposición de centenares de universidades, el gobierno del presidente Donald Trump rescindió el martes una norma que habría obligado a estudiantes extranjeros a cambiar de escuela o abandonar el país si sus universidades impartían clases completamente por internet debido a la pandemia.
La decisión fue anunciada al inicio de una audiencia en una demanda federal en Boston presentada por la Universidad de Harvard y el Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT por sus siglas en inglés). La jueza federal Allison Burroughs dijo que las autoridades federales de inmigración aceptaron retirar la disposición del 6 de julio y “regresar al statu quo”.
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Un abogado que representó al Departamento de Seguridad Nacional y al Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) sólo dijo que la descripción hecha por la jueza era correcta.
El anuncio tranquiliza a miles de estudiantes extranjeros que enfrentaban el riesgo de que los deportaran, así como a centenares de universidades que se apresuraban a revaluar sus planes para el otoño debido a la nueva medida. Con la cancelación de la política, el ICE regresará a una directriz de marzo que suspendió los límites ordinarios a la enseñanza en línea para estudiantes extranjeros.
El ICE no hizo declaraciones de momento sobre la decisión.
El rector del MIT dijo que la institución estaba satisfecha por el giro de los acontecimientos pero que está lista “para proteger a nuestros estudiantes de cualquier política arbitraria posterior”.
“Estos estudiantes nos hacen más fuertes, y nos perjudicamos cuando los alejamos de nosotros”, dijo el rector L. Rafael Reif en un comunicado. “Este caso también deja bastante claro que vidas reales están en juego en estos asuntos, con el potencial de un perjuicio real. Necesitamos abordar la elaboración de políticas con más humanidad, más decencia, no con menos, en especial ahora”.
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De acuerdo con la política, los estudiantes extranjeros habrían tenido prohibido tomar todos sus cursos en línea este otoño. No se habrían emitido nuevas visas para los alumnos cuyas escuelas tenían planeado impartir todas las clases en línea, como Harvard. Los estudiantes habrían enfrentado la deportación si no cambiaban de escuela o se iban del país de manera voluntaria.
Las autoridades de inmigración emitieron la política la semana pasada, dando marcha atrás a una disposición del 13 de marzo en la que se indicaba a las escuelas de educación superior que los límites relacionados con la educación en línea serían suspendidos durante la pandemia. Las autoridades universitarias consideraron que esa decisión se inscribía en los intentos de Trump de apremiar a las escuelas e instituciones de enseñanza superior del país a reabrir este otoño a pesar del aumento en los casos de coronavirus.
“Este caso también deja bastante claro que vidas reales están en juego en estos asuntos, con el potencial de un perjuicio real. Necesitamos abordar la elaboración de políticas con más humanidad, más decencia, no con menos, en especial ahora”.
La política generó el rechazo de las instituciones de educación superior, más de 200 de las cuales firmaron documentos judiciales en apoyo a la impugnación de Harvard y el MIT. Las escuelas dijeron que la política pondría en peligro la seguridad de los estudiantes y las perjudicaría financieramente. Muchas escuelas de estudios superiores dependen de los pagos de los estudiantes extranjeros, y algunas corrían el peligro de perder millones de dólares en ingresos si la disposición se hubiera mantenido.
Harvard y el MIT fueron las primeros en impugnar la política, pero otras universidades y estados opuestos a esa medida presentaron al menos siete demandas federales más.
La decisión fue una buena noticia para los estudiantes que estaban nerviosos en todo el país.
“Me siento tranquila”, dijo Andrea Calderón, una estudiante ecuatoriana de 29 años que cursa una maestría en biología. “Habría sido un problema muy grande si hubiera tenido que irme del país”.
La estudiante del City College de Nueva York dijo que regresar a su país le habría dificultado terminar su tesis y buscar un doctorado. El servicio de internet es irregular en Ecuador y pasar por el proceso para regresar a Estados Unidos en un futuro sería demasiado costoso, agregó.