MANCHESTER, Nueva Hampshire, EE. UU. — Los demócratas esperan que las elecciones primarias del martes en Nueva Hampshire esclarezcan el panorama ensombrecido por el reciente fiasco de las asambleas internas en Iowa y las fricciones entre las distintas facciones del partido.
Para el senador de Vermont, Bernie Sanders, la votación en Nueva Hampshire es una oportunidad de solidificarse como el portaestandarte del ala izquierda del partido. De repetir el fuerte desempeño que tuvo en Iowa podría asestar daño a su rival Elizabeth Warren, la senadora por Massachusetts que corre el riesgo de sufrir una embarazosa derrota en un estado adyacente al suyo.
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Entretanto, los moderados buscan un candidato propio. Tras quedar prácticamente igualado con Sanders en Iowa, Pete Buttigieg, exalcalde de South Bend, Indiana, parece ser el puntero en el centro del espectro político. Pero hay por lo menos otros dos precandidatos _el exvicepresidente Joe Biden y la senadora por Minnesota Amy Klobuchar_ que siguen esa tendencia, y de continuar la pugna, la nominación podría demorarse más de lo previsto.
Más de un año después de que distintos demócratas empezaron a anunciar sus intenciones de postularse, la lista de candidatos sigue larga y el partido opositor no ha logrado aglutinarse detrás de un líder o siquiera detrás de un mensaje unificado, pese a su ardiente deseo de acabar con la presidencia de Donald Trump. Ello ha incrementado las tensiones en Nueva Hampshire, donde los votantes debaten si cada candidato es demasiado liberal, demasiado moderado o demasiado inexperto como para derrotar a Trump en noviembre.
En el último día de la campaña, muchos votantes confesaban que seguían indecisos. Un 20% del electorado se decidirá el día de las elecciones, vaticinó Andy Smith, experto en encuestas de la Universidad de Nueva Hampshire.
“Históricamente, los habitantes de Nueva Hampshire tienden a decidir tarde”, comentó Smith.
Las autoridades estatales vaticinan una participación récord en la contienda del martes. De lo contrario, los demócratas podrían correr el riesgo de un desánimo generalizado, ante el descalabro de los caucus de Iowa y las cifras ascendentes de aprobación hacia Trump en las encuestas.
Además, el clima podría complicar las cosas. Se vaticina lluvia y nieve en el estado, lo que podría desanimar a muchas personas de participar en la consulta.