Unos sacerdotes bastante ortodoxos decidieron hacer su propia dinámica de expiación, con el ánimo de salvar las almas de sus habitantes. Para ellos, quienes allí viven están entregados a un sinfín de pecados y esta fue la alternativa escogida.
Sucedió en un pueblo de Rusia, donde los curas ortodoxos se montaron a una avioneta y rociaron 70 litros de agua bendita a la comunidad. Según afirmaron, se buscó sacar los demonios de los habitantes, de acuerdo con BBC y The Independent.
Asimismo, aseguraron que con el agua bendita sanarían a la población de vicios como las drogas, el alcohol y el sexo.
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En la opinión de los curas, la población está atravesando una grave calamidad de fornicación, alcoholismo y drogadicción.
Ante el suceso dogmático, las opiniones a favor y en contra no se hicieron esperar. Muchos de los habitantes aplaudieron su valentía, mientras que otras personas calificaron el gesto como insensato.
La acción fue filmada y en pocas horas consiguió miles de reproducciones en las redes sociales. A favor o en contra, las personas en el mundo revisaron el gesto de estos curas pertenecientes a una de las iglesias más radicales del planeta.