HONG KONG — Manifestantes rodearon el viernes una estación policial y una parada del tren subterráneo, haciendo que la policía dispare gases lacrimógenos y perdigones a la vez que brotaban más actos violentos pese a que el gobierno ha prometido retirar una propuesta de ley que desató meses de manifestaciones en el territorio semiautónomo chino.
Unos 2.000 manifestantes iracundos rodearon la estación policial en el distrito de Mong Kok por segunda noche consecutiva para exigir que se investigue a la policía por una redada violenta en la parada del metro Prince Edward, cerca de allí, el 31 de agosto.
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La policía colocó barreras a la entrada de la comisaría y luego disparó gases lacrimógenos y perdigones para mantener a raya a los manifestantes, muchos de los cuales usaron máscaras y paraguas para protegerse.
En las redes sociales han estado circulando acusaciones de que la policía encubrió de la presunta muerte de un manifestante durante una redada previa en la parada del metro. Videos muestran a la policía blandiendo sus porras y disparando gas pimienta a la gente dentro de un tren detenido. Los manifestantes quieren que se divulguen los vídeos de seguridad para determinar la verdad.
Los manifestantes retrocedieron después de que la policía los confrontó con más gases lacrimógenos pero rehusaron marcharse. Algunos de ellos prendieron fuego a montones de cajas de cartón mientras que rompieron semáforos y el techo de otra parada del metro con palos y varas de metal.
Poco antes, las autoridades se vieron obligadas a cerrar la parada Prince Edward durante la hora pico nocturna, luego que manifestantes protestaron allí por la presunta violencia policial.
Aparte, más de 1.000 personas se reunieron el viernes por la noche en un parque público cerca del complejo legislativo de Hong Kong, coreando, “Luchen por la libertad”. Trabajadores médicos manifestaron antes en la oficina de la sede del hospital.
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Hace dos días, la jefa ejecutiva de Hong Kong, Carrie Lam, anunció que su gobierno retirará formalmente el polémico proyecto de ley de extradición que originó las protestas. La norma habría permitido el traslado de residentes de la ciudad a la China continental para ser juzgados allí. Muchas personas vieron esto como un ejemplo claro de la erosión de la autonomía de la ciudad desde que la excolonia británica regreso al control chino en 1997. Hong Kong fue devuelta a China bajo el modelo “un país, dos sistemas” que prevé ciertos derechos democráticos en el territorio que no están permitidos en el resto del país.
El movimiento de protestas fue desatado por la iniciativa de extradición, pero el enfoque ha virado desde entonces hacia la fuerza policial excesiva durante los enfrentamientos que se han tornado cada vez más violentos y otros asuntos.
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