La profesora e investigadora de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras (UPR-RRP), Patricia Burrowes, y varios estudiantes participaron en un estudio internacional publicado en la revista Science, cuyos resultados revelaron que una enfermedad micótica ha provocado dramáticos descensos en poblaciones de -al menos- 501 especies de anfibios.
La investigación, liderada por la Universidad Nacional de Australia (ANU), evidenció que una enfermedad, llamada quitridiomicosis, es responsable de la extinción de 90 especies de anfibios en los últimos años, siendo la América tropical la región más afectada, seguida por Australia.
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La enfermedad, que ataca y afecta la piel de los anfibios, está presente en más de 60 países. La condición, a su vez, sería causante de la mayor pérdida de biodiversidad asociada a una enfermedad en la historia del planeta.
El investigador principal, doctor Ben Scheele de la ANU, señaló que se trata de una enfermedad muy virulenta que afecta la fauna silvestre y está contribuyendo a la llamada “sexta extinción” masiva de especies en la Tierra.
“La globalización y el comercio de especies silvestres son las principales causas de esta pandemia mundial, permitiendo que continúe su propagación”, afirmó el especialista.
A su vez, el doctor manifestó que se requiere con urgencia una mejor regulación de la bioseguridad en las fronteras y mayor control del comercio de vida silvestre para prevenir más extinciones y detener futuras pandemias.
En Puerto Rico se han perdido tres especies de coquíes debido a la quitridiomicosis. Asimismo, aunque otras especies de montaña se han visto afectadas, han logrado sobrevivir a pesar de ser susceptibles.
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“Uno de los objetivos de nuestra investigación en la UPR-RP, es descubrir los mecanismos que han permitido que algunas especies sobrevivan, mientras que otras se extinguen pues, así, podríamos desarrollar medidas de conservación que faciliten las condiciones de sobrevivencia”, comentó la doctora Burrowes, del Departamento de Biología, en la Facultad de Ciencias Naturales.
Con más de un tercio de las casi 8,000 especies conocidas de anfibios, las regiones tropicales de América constituyen la región del mundo con mayor diversidad de esta clase de vertebrados. A su vez, es la que más ha sufrido los efectos de la quitridiomicosis.
Estudios previos publicados por la doctora Burrowes, junto al Dr. Ignacio De la Riva, del Museo Nacional de Ciencias Naturales de Madrid (MNCN-CSIC), habían revelado la posible extinción de varias especies y la disminución de muchas otras en los bosques andinos de Bolivia debido a la enfermedad. Además, demostraron que las aves acuáticas podrían ser dispersores del patógeno, a través de grandes distancias, lo que multiplicaría el efecto de las acciones del hombre, que han contribuido a su dispersión global.
El estudio ha contado con la colaboración de 41 expertos en anfibios y enfermedades de vida silvestre de todo el mundo. Asimismo, permitió obtener información de primera mano sobre lo que ha estado sucediendo en los distintos países en las últimas décadas y sobre la situación actual.
La doctora Burrowes expresó sentirse muy honrada por la oportunidad de ser parte de un estudio que considera tiene un impacto global.
“Muchos estudiantes de la UPR graduados y subgraduados han pasado por mi laboratorio y han sido entrenados en destrezas científicas en torno a la investigación que hacemos con respecto al efecto de este hongo patógeno en las poblaciones de coquíes en Puerto Rico. Además, han producido datos que contribuyeron al trabajo que se publicó en Science. Eso demuestra la importancia de la investigación que hacemos aquí en la UPR, no solo por su contribución a la ciencia, sino porque tenemos la capacidad de preparar a estudiantes para que sean muy exitosos profesionalmente”, concluyó Burrowes.
La doctora Ana Longo, quien es exalumna de la UPR-RRP y participó junto a Burrowes en la recopilación de datos, dijo estar muy orgullosa de participar en un estudio que puede ser muy formativo para estudiantes de la isla y de todo el mundo.
“Este tipo de logro los podría motivar a realizar carreras en la ciencia, y a ser más conscientes sobre actividades que pueden transmitir el hongo, por ejemplo, tráfico de mascotas, entre otros. Este logro también demuestra la calidad de enseñanza e investigación que tiene la UPR, que con muy pocos recursos hace maravillas”, indicó la doctora, quien actualmente es profesora asistente en la Universidad de Florida en Gainesville.
A su vez, los estudiantes del recinto riopedrense Janelle Peña y Peter Delgado, quienes colaboraron con Burrowes en el estudio, coinciden en que se sienten orgullosos de haber participado de un estudio tan importante como este. Asimismo, Delgado aseguró que la posibilidad que tienen los estudiantes subgraduados y graduados de participar en este tipo de investigaciones, refleja el potencial que existe en la UPR y la importancia de la institución como proyecto de país.