En la víspera de la difusión de los primeros resultados de los comicios presidenciales en la República Democrática del Congo, el presidente Donald Trump anunció el despliegue de efectivos militares en la nación de África central para proteger activos estadounidenses ante el posible estallido de “manifestaciones violentas”, mientras la poderosa Iglesia católica del país africano advirtió sobre un “levantamiento” popular en caso de que se anuncien resultados inciertos.
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La República Democrática del Congo enfrenta lo que podría ser su primera transferencia democrática y pacífica del poder desde que se independizó de Bélgica en 1960, pero los observadores electorales y la oposición expresaron su preocupación por las irregularidades ocurridas durante las elecciones efectuadas con un retraso de dos años y de las que surgirá el sucesor del presidente Joseph Kabila.
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La difusión inicial del escrutinio está prevista para el domingo. Estados Unidos y la Unión Africana, entre otras partes, han exhortado a la República Democrática del Congo a que difunda resultados que reflejen la verdadera voluntad del pueblo. Estados Unidos ha advertido que impondrá sanciones a quienes socaven el proceso democrático. Observadores occidentales no fueron invitados a supervisar la votación.
Aunque la República Democrática del Congo ha permanecido principalmente en calma durante y después de los comicios del 30 de diciembre, Trump dijo en su carta dirigida a la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, que unos 80 efectivos y “equipo de combate adecuado” fueron desplegados en la vecina Gabón para apoyar la seguridad de los ciudadanos, personal e instalaciones diplomáticas estadounidenses. Habrá más despliegues según se necesite en Gabón, la República Democrática del Congo o en la vecina Congo, escribió.
Desde antes de los comicios, Washington había ordenado a los empleados del gobierno estadounidense y sus familias abandonar el país.
La Iglesia católica, una voz influyente en la nación, dijo el jueves en un sorpresivo anuncio que había un ganador claro en la información facilitada por sus 40.000 observadores electorales destacados en todos los centros de votación. Como la comisión electoral es la única autorizada por ley para difundir los resultados de los comicios, la iglesia se abstuvo de señalar por su nombre al ganador.
La comisión electoral dijo el viernes que el anuncio de la iglesia podría incitar una revuelta. Sin embargo, la iglesia respondió el sábado en una carta dirigida a la comisión –y a la que The Associated Press tuvo acceso–, que la difusión de resultados falsos era lo que podría causar el levantamiento.