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Murió el joven australiano que quedó tetrapléjico por comer una babosa

Hace ocho años Sam Ballard realizó una desafortunada apuesta con sus amigos, que se tradujo en una infección cerebral.

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En 2010, una apuesta con sus amigos cambió el rumbo de la vida de Sam Ballard: se comió una babosa que se arrastraba por el jardín, lo que lo dejó tetrapléjico.

Luego de 420 días en coma y tres años en el hospital, quedó al cuidado constante de su familia. Hasta que, el viernes pasado, la desafortunada acción finalmente le costó la vida. Tenía 27 años.

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Prometedor rugbista, el joven australiano desconocía que el molusco contenía el parásito de la lombriz Angiostrongylus cantonensis. Ello le provocó una infección cerebral conocida como mengoencefalitis eosinifílica. “Mamá, te amo”, fueron las últimas palabras de Ballard, quien fue acompañado en sus últimas horas por su familia y amigos.

Ballard tenía 19 años cuando se comió la babosa, que portaba el parásito de la lombriz Angiostrongylus cantonensis, comúnmente conocido como gusano pulmonar de rata. De hecho, la lombriz parásita que puede causar meningitis, enfermedad cuyas consecuencias pueden ser incluso letales

En el caso de Ballard, el parásito causó una infección cerebral grave. Estuvo en coma durante 420 días y seguía paralítico cuando fue dado de alta del hospital tres años después.

 

 

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