La organización sindical Educadores por la Democracia, Unidad, Cambio, Militancia y Organización Sindical (Educamos), señaló que la secretaria de Educación, Julia Keleher, “violentó toda normativa vigente al iniciar un proceso de organización escolar a destiempo, donde se apropia de los derechos adquiridos, controlando a su antojo todos los procesos de la agencia”.
Recordó que la organización escolar tenía que estar lista antes de concluir el curso escolar, de modo que el personal sabía desde mayo cuál sería su centro de trabajo en agosto.
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“La secretaria no sólo eliminó eso, sino que inventó sus propias reglas para cambiar al maestro de categoría sin su consentimiento, trasladarlo a cualquier lugar y cambiarle sus funciones de manera arbitraria”, acusa Educamos.
Agrega que “la pretensión de esta funcionaria llega a tal nivel de atropello que si el maestro entra al portal del Departamento de Educación, es en ese momento que se entera de que fue declarado excedente (‘recurso disponible’) y que sólo puede escoger entre unas cuantas escuelas decididas al antojo de la secretaria en ese preciso instante”.
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“Se controla toda la información por parte del patrono. Eso arrasa de un solo golpe el derecho del maestro a trabajar en su categoría ocupando la plaza para cuyas funciones fue nombrado. Según la Ley 312, cada maestro tiene derecho propietario sobre su plaza en su categoría y municipio correspondiente”, afirmó a través de un comunicado.
Añade la organización que “no conforme con lo anterior, se le dice al maestro cuando es cambiado de categoría que tiene que irse a estudiar en la nueva categoría y que, si no lo hace en un período de tres años, sería cesanteado”.
En otras palabras -puntualiza Educamos- “la secretaria de Educación se abrogó la prerrogativa y el poder de eliminar el derecho por antigüedad, las permanencias, las categorías vigentes y cualquier otra protección de los derechos adquiridos que pudiera cobijar al magisterio”.
“Para la señora Keleher parece que el maestro debe regresar a la época de la esclavitud, donde el amo era dueño y señor del esclavo y podía disponer de éste a su antojo, sin encomendarse a nada ni a nadie”, advirtió el conglomerado magisterial.
Por último, Educamos recomienda a la secretaria “que debe hacer el esfuerzo por entender que el magisterio tiene derechos adquiridos y que no entendemos cómo pretende que se confíe en sus decisiones cuando ella misma ha planteado que sus sistemas de información no son confiables”.