Fernando Ramos, gerente general de la compañía HempMeds en Puerto Rico, aclaró a este medio que su producto no es una competencia para la industria del cannabis medicinal en la isla, porque, precisamente, la ley que regula este sector de la economía establece que no son lo mismo.
En el artículo 2 de la legislación, el Estado señala que el cannabis medicinal “se refiere a todo compuesto, producto, derivado, mezcla o preparación de todas las partes de la planta Cannabis Sativa y Cannabis Indica y cualquier híbrido de estas, de sus semillas, de su flor o de su resina. No incluye los tallos maduros ni las fibras obtenidas de dichos tallos. Tampoco incluye el cáñamo industrial”.
Los productos del aceite de cáñamo, por el contrario, son aquellos que contienen de .03 % o menos de THC, una sustancia que crea reacciones psicoaticvas en el ser humano y que sí está en los productos del cannabis medicinal.
En los pasados días, en entrevista con Metro, parte de la Junta Reglamentadora de Cannabis Medicinal dijo que entendían que los productos comercializados por HempMeds podrían ser una competencia “desleal”, porque a ellos se les solicita una certificación para vender. Afirmaron, además, que el cáñamo contiene CBD, un elemento que también está en el cannabis medicinal que es beneficioso para tratar ciertas enfermedades.
Por otra parte, Ramos proveyó copia a Metro de un documento del Departamento de Salud en el que su producto aparece registrado por la Secretaría Auxiliar de Reglamentación y Acreditación de Facilidades de Salud. La semana pasada, en entrevista con este medio, el secretario de Salud, Rafael Rodríguez, comentó que al producto de HempMeds solo se le había hecho una recomendación inicial para estar registrado como un producto natural, pero —supuestamente— no había sido culminado este proceso tras la moratoria de un reglamento sobre artículos naturales.
De hecho, la empresa también entregó a este periódico un documento del Departamento de Salud que revierte una decisión de cancelar la comercialización de HempsMeds en Puerto Rico, y que data del verano del pasado año. Esto, según Ramos, porque su empresa probó que no vende productos con niveles altos de THC ni ninguna otra sustancia que podría considerarse ilegal.