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Ricky Rosselló no contrataría a su padre

En una tarde de domingo, en la que la mayoría de los puertorriqueños descansa de cara al inicio de semana, el doctor Ricardo Rosselló, quien aspira a ser el candidato a la gobernación por el Partido Nuevo Progresista (PNP), se prepara para una maratónica jornada de campaña que cubre Yabucoa, Las Piedras, Naguabo y Humacao.
Justo a las 1:00 p. m. ataviado con camisa verde, mahón y tenis deportivos partió desde su residencia, ubicada en una urbanización de Guaynabo, hacia el primer punto de encuentro: Yabucoa, donde le espera su equipo de trabajo.
Ya de camino le preguntamos qué evento particular de su vida lo llevó a poner  su mirada en la política. “A mí, en esencia, no me gustaba la política cuando era pequeño”, dice. “A veces la gente cree que porque me veían con mi viejo por ahí que me gustaba, pero yo veía al viejo fajarse, trabajar duro, y veía desde muy joven lo que eran los ataques y a veces no entendía cuál era la razón”. Durante un evento político posterior, sin embargo, un suceso cambiaría su manera de ver la política. “De forma inesperada, un señor se desabotona la camisa y le dice: ‘Dígale  a su padre que gracias a la tarjeta de salud yo estoy aquí vivo hoy’. Y eso de alguna manera comenzó a trabajarme la mente”.

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No obstante, cuenta que sus intenciones de aspirar a dirigir las riendas del país se dieron durante la creación del Plan para Puerto Rico.

Rosselló relata que en este periodo en que ha estado realizando campaña y que ha podido escuchar el sentir de la gente, las preocupaciones de la ciudadanía, se resumen en dos temas: los empleos y la calidad de vida.
“Le he pedido al pueblo que demos un borrón y cuenta nueva, en términos de nuestras ideas preconcebidas. […] Este periodo me ha permitido hablar con el pueblo y demostrarle que el Gobierno central ha sido el problema”, asevera, al tiempo que asegura que en el Gobierno lo que “no hay es liquidez, pero hay dinero. Lo que pasa es que está puesto en las partes equivocadas”.
Asimismo, el político dice que comprende el sentir de los que no confían en las promesas de campaña. “El sentir apático de muchos electores lo comprendo porque hasta cierto punto me ha impactado a mí y ha impactado a mi generación. Precisamente por eso aspiro también, porque entiendo que no podemos seguir haciendo más de lo mismo”, expresa.
El fundador de la organización de acción política ¡Boricua, Ahora Es! asegura que no contempla  la posibilidad de que su padre, el exgobernador Pedro Rosselló, sea parte de su gabinete si se convierte en gobernador.

“Yo he sido bien claro en esto y yo entiendo que debe haber una gran transparencia en nuestra sociedad. Yo puedo decirlo de manera bien clara y a mucho honor que ni mis familiares ni yo nunca hemos tenido un contrato en el Gobierno, y yo creo que lo debemos mantener así. Ciertamente, mis familiares, mis hermanos, mi madre y mi padre me darán consejos; pero, en términos del gobierno, es una gestión que yo voy a llevar a cabo aparte de ellos”, indica el doctor.
Rosselló asegura que no visualiza su “participación en la política como una de carrera. Siempre la he visualizado como una de un periodo de tiempo —el que sea que el pueblo me dé la oportunidad— de servir y seguir mi vida. Sea cuando sea que llegue el momento en que esa participación culmine, yo seguiré haciendo lo que me gusta, que es resolver problemas, formando estudiantes en la universidad e investigando”.

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Sobre si su pacto con las iglesias le restaría votos, este sostiene que “yo lo que quiero es ser honesto con el pueblo de Puerto Rico.Yo lo que quiero es presentar lo que es mi postura y lo que es mi visión”. Y es que hace varios meses el aspirante se pronunció en contra de la educación con perspectiva de género y reiteró que, a su juicio, el matrimonio es entre hombre y mujer.
El reloj marca las 2:00 p. m. y el vehículo de Rosselló llega al punto de encuentro donde seguidores lo esperaban con banderas y sus celulares listos para lograr la foto con el candidato, quien cambia su sobriedad por el fervor político que dominaba a los que allí estaban.
Durante el recorrido son muchos lo que salen a la calle para ver al candidato, a quien le acompaña la aspirante a la comisaría residente, Jenniffer González. “Bájate, por favor, que quiero ver esos ojos de cerca”, le grita una señora a Ricky durante el recorrido. La guagua se detiene; él llega hasta ella y la saluda. Minutos más tarde, pasando por el casco urbano de Las Piedras, se voltea y nos muestra una residencia abandonada y menciona: “Es un buen  lugar para desarrollar algo”.
Ya a las 8:30 p. m., Rosselló llega a Humacao, junto con el liderato que lo apoya en la zona, donde muchos lo esperaban. Allí agitó sus manos y, como si las horas no hubieran pasado, saludó a sus seguidores con gran ánimo. Su esposa Beatriz Rosselló lo esperaba en la tarima.

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