Más de 3.4 millones de dosis de la vacuna contra COVID-19 se han administrado en Puerto Rico, e independientemente de la compañía que la produce, muchos tienen dudas sobre los síntomas, protección y si es aconsejable consumir alcohol.
Respecto a esta última interrogante, expertos han apuntado que el consumo de bebidas alcohólicas no deberían darse hasta dos semanas de ser inoculados. Anna Papova, jefa regulador del salud del consumidor de Rusia, incluso apuntó que este hábito debería suspenderse hasta por 42 días tras la primera dosis de Sputnik V.
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Aunque, en el caso de Moderna y BioNTech, los desarrolladores no han dado una recomendación específica sobre la limitación de consumo de alcohol. Los hallazgos, en pruebas de ensayo, llegaron a al conclusión que no presentaron síntomas o que reduzca la formación de anticuerpos.
Sistema inmune
Por su parte, Sheena Cruickshan, profesora e inmunóloga de la Universidad de Manchester, explicó que cuando se consume alcohol una noche anterior o pocos días después el sistema inmunológico no funciona por completo. En otras palabras, perjudicaría el objetivo final de la vacunación.
Sergiu Padure, profesor de Inmunología en la Universidad CEU San Pablo, de Madrid, y especialista en inmunología en el Hospital General Universitario Gregorio Marañón, explicó que el alcohol en cantidades pequeñas y en personas que no beben de forma excesiva o crónica no debería interferir en la creación de anticuerpos.
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Finalmente, pese a que no existe una contraindicación específica o señal de interferencia, lo mejor es dejar de tomar bebidas alcohólicas antes y después de la vacunación.
“La vacuna estimula una respuesta inmunológica. De hecho, muchos pacientes tienen reacciones adversas, que pueden ir desde las molestias locales en el lugar de la inyección a malestar, fiebre, febrícula… Tiene mucho más sentido no fomentar el consumo de alcohol para no potenciar esas reacciones”, apuntó el portavoz covid-19 de médicos en España, Lorenzo Armenteros.
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