Luis Miguel Gallego Basteri, es el intérprete de música en español con más reconocimiento a nivel mundial. Ha triunfado en todos los escenarios de la música hispana, con más de 40 años de trayectoria y 100 millones de copias vendidas. Su talento y atractivo físico desatan muchas pasiones pero su historia personal y familiar es un tema que a muchos mantiene en suspenso.
Hijo del cantante español Luis Gallego Sánchez, mejor conocido como Luisito Rey, Luis Miguel inició su carrera siendo u niño. Fue su padre quien lo preparó en sus primeros años de carrera y lo representó.
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Como hemos visto en la serie de Netflix, la relación entre ambos fue tensa, al grado de que cuando Luis Miguel cumplió la mayoría de edad, se separó laboral y personalmente de su padre. Luisito Rey falleció en 1992 en Barcelona, España, cuando la carrera del intérprete estaba ascendiendo como espuma. Nunca se habló de una reconciliación.
Por su parte, Marcela Basteri, madre del intérprete, ha sido una gran interrogante ya que desapareció sin dejar rastro, en 1986. Muchas son las historias que se han tejido en torno a ella, pues a pesar de que era muy cercana a Luis Miguel y tenía otros dos niños, nadie puede entender cómo fue capaz de abandonarlos. Se dice que al poco tiempo de que naciera su tercer hijo (Sergio), viajó a Italia y posteriormente a Madrid para encontrarse con Luis Rey y así firmar unos papeles de divorcio. Según dicen, también se reuniría con su hijo en Chile para el Festival de Viña del Mar, pero nunca se presentó. Nadie supo nada de ella y Luis Miguel nuca ha hablado del tema.
Pero dentro de toda la historia de los Gallego Basteri, hubo momentos en los que parecían ser una familia unida y feliz. Luis Miguel, había encontrado su lugar en la música y disfrutaba de los momentos con sus padres y sus hermanos Alejandro y Sergio a pesar de la tensión que había detrás de la ’unión’ familiar’.
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