LONDRES — La reina Isabel II siempre se ha vestido con elegancia y estilo. El martes, sin embargo, asistió por primera vez a un desfile en la Semana de la Moda de Londres.
La monarca se sentó en primera fila, conversó con la editora de Vogue Anna Wintour y presentó un premio en reconocimiento a la excelencia en el diseño británico.
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Fue una salida inusual para la reina de 91 años, quien pareció completamente a gusto en un tipo de evento usualmente frecuentado por celebridades como Kate Moss y Sienna Miller.
Lució un vestido y chaqueta de tweed azul claro de Angela Kelly con pequeños cristales de Swarovski aguamarina, que combinó con guantes negros formales. Llevó una cartera a juego, por supuesto, y el pelo blanco peinado hacia atrás.
La reina no se molestó en usar los altos tacones de aguja favorecidos por muchas de las fashionistas más jóvenes. En su lugar, optó por un prudente par de zapatos negros corte salón, de tacón bajo.
“Como un homenaje a la industria, y como mi legado a todos aquellos que han contribuido a la moda británica, me gustaría entregarle este premio a un nuevo talento joven”, dijo Isabel.
La familia real ha recibido a menudo a diseñadores y periodistas que cubren la Semana de la Moda, pero el nuevo premio, y la visita personal de la reina, le dieron una nueva dimensión a su apoyo para la industria.
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El afortunado agasajado fue Richard Quinn, recientemente graduado de Central Saint Martins que comenzó su propia firma en 2016 y rápidamente fue reconocido como parte de la próxima ola de jóvenes diseñadores británicos.
Quinn, con sede en Londres, recibió el primer Premio de la Reina Isabel II al Diseño Británico. El Consejo de la Moda Británico lo eligió para el reconocimiento.
Su provocador show incluyó a una modelo con lo que pareció ser un casco verde de motocicleta y una visera oscura, vestida con un ceñido pantalón blanco y negro de lunares y una blusa traslúcida con puntos de distintos tamaños.
La reina, que ha mantenido una agenda ocupada desde que su esposo de 96 años, el príncipe Felipe, se retiró de la luz pública, subió a la pasarela para dirigirse al público y elogiar la herencia de la moda británica.
“Del tweed a las Hébridas y el encaje de Nottingham, y por supuesto Carnaby Street, nuestra industria de la moda ha sido reconocida por su espectacular artesanía por muchos años, y continúa produciendo textiles de clase mundial y diseños de punta prácticos”, expresó.
También recorrió showrooms antes de presentar el premio en el último día de la semana de la moda, que trajo a cientos de diseñadores, compradores y periodistas a Londres para una serie de desfiles resaltados por la partida de Christopher Bailey de Burberry.
La visita de la reina le siguió a una recepción de moda en el Palacio de Buckingham el lunes por la noche presentada por Catalina, duquesa de Cambridge — quien espera su tercer hijo para abril — y Sofía, condesa de Wessex.