La anciana de 83 años que mató a su hijo que se encontraba postrado en cama, ciego, sordo y mudo no irá a prisión luego de declararse culpable de asesinato con alevosía con la agravante del parentesco y lograr un acuerdo con la Fiscalía.
La mujer, que había tomado la drástica decisión luego de ver “mermadas sus fuerzas” por lo que no podía cuidarlo, estará en “libertad vigilada con la obligación de pasar por un tratamiento psiquiátrico”, asegura El Mundo.
María Luisa M.B. había cuidado durante 64 años a su hijo, pero ya no podía más y por eso decidió terminar con la vida de ambos en el año 2015.
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Preparó dos bebidas en las que disolvió un número indeterminado de pastillas. Una se la dio a su hijo, lo que terminó con su muerte, y otra la tomó ella, pero fue encontrada por su hija y la lograron salvar.
Según la Fiscalía, María Luisa actuó con sus “facultades cognitivas gravemente afectadas debido al empeoramiento de su salud por su avanzada edad”.