Las palabras Hallmark Channel traen a la mente festividades, finales felices y ahora, incongruentemente, un escándalo de fraude que involucra a una de sus actrices principales. El sorpresivo arresto de Lori Loughlin esta semana representa un reto para la marca dirigida a toda la familia.
La acusación de que Loughlin pagó sobornos para que sus hijas entraran a la universidad no está relacionada con Hallmark, pero su carrera y el canal han estado entrelazadas. La actriz está entre las llamadas “reinas de Navidad” que encabezan una serie de películas decembrinas populares, y también actúa en las películas “Garage Sale Mysteries” y la serie “When Calls the Heart”.
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“Es un tipo de canal feliz con valores familiares, y obviamente el escándalo es lo opuesto a eso”, dijo Laura Ries, una estratega de mercado con sede en Atlanta. “¿Superará esto la gente para amar al personaje que ve en pantalla y no a la persona de la vida real?”
Mientras Hallmark asumió la actitud de esperar y ver en cuanto a Loughlin, el problema va más allá de si su atractivo sobrevive. “When Calls the Heart” se filma en Canadá, y un juez ordenó que Loughlin entregara su pasaporte en diciembre tras haberle permitido de mala gana cruzar la frontera para trabajar hasta entonces.
Loughlin no ha presentado una declaración de culpabilidad o inocencia en el caso, y su abogado declinó hacer comentarios el miércoles luego que la actriz compareció por primera vez en una corte federal en Los Ángeles.
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La actriz no trabaja exclusivamente para Hallmark. Ha repetido su papel de la tía Becky en “Fuller House” de Netflix, una continuación a la popular serie originada en 1987 por ABC “Full House” (“Tres por tres”), pero esta representa sólo una fracción de los programas del gigante del streaming, mientras que Loughlin ha adquirido un mayor protagonismo en Hallmark desde que apareció en “Meet My Mom” en el 2010.
Y ha demostrado ser una actriz rentable. Su película navideña del 2018 “Homegrown Christmas” fue el programa más visto en un canal no deportivo la semana que se transmitió. En febrero, el estreno de la sexta temporada de “When Calls the Heart” registró su mejor teleaudiencia, de 2,5 millones de espectadores, colocando al programa sólo detrás de “The Walking Dead” entre los dramas de cable un domingo por la noche.
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“Definitivamente tienen una formula y uno tiene que seguir la fórmula. Si no lo haces, te llaman y te dicen, ’tienes que seguirla, este es nuestro formato, esto es lo que hacemos'”, dijo Loughlin el año pasado sobre las películas navideñas de Hallmark en una entrevista con The Associated Press.
Admitió que la rigidez puede resultarle un poquito fastidiosa pero dijo que los resultados eran “reconfortantes”: “Uno se va a la cama y no tiene ninguna pesadilla”.
La actriz de alegre sonrisa, nacida en Nueva York, demostró que encajaba bien con el canal especializado en dramas románticos y comedias con un toque honesto, mientras que su personalidad vibrante le permitió promover con habilidad estos programas en su sitio web y apariciones de TV.
Entonces llegó el bombazo de que ella y su esposo, el diseñador de modas Mossimo Giannulli, estaban entre los más de 30 padres acusados por el gobierno estadounidense de pagarle a un consultor para asegurar que sus hijos ingresaran a universidades prestigiosas con sobornos y resultados de exámenes falsificados. Los fiscales alegan que la pareja pagó 500.000 dólares para que sus dos hijas fueran incluidas en el equipo de remo de la Universidad del Sur de California, aunque ninguna de las dos sabe remar.
Felicity Huffman (“Desperate Housewives”, ’’American Crime”) también está entre otras figuras prominentes acusadas, que incluyen abogados, médicos y empresarios.
SheriLynn DiGiovanna, administradora del sitio web “The Hearties” creado por admiradores de “When Calls the Heart”, llamó las supuestas acciones de Loughlin “impactantes y tristes” en un email pero dijo que apoya a la serie y lo que ésta representa.
“Mi opinión personal es que necesitamos programas que modelen la buena conducta como ‘When Calls the Heart’ ahora más que nunca, así que no voy a dejar de verlo. Aunque estoy extremadamente triste y decepcionada, separo las vidas personales de los actores de los guionistas y productores que están trayendo series dirigidas a la comunidad y la familia “, dijo DiGiovanna.
Hallmark, que inicialmente guardó silencio cuando las acusaciones fueron anunciadas, emitió un comunicado el miércoles, el día en que Loughlin se entregó a las autoridades. “Estamos conscientes de la situación y estamos monitoreando los acontecimientos mientras estos se desarrollan”, dijo el canal.
Hallmark es propiedad de Crown Media, cuya matriz es Hallmark Cards Inc., la empresa en Kansas City, Missouri, fundada en 1910. Ha promovido los lazos locales y estatales y ha mostrado resistencia a cualquier indicio de polémica. En el pasado, por ejemplo, respondió con rapidez al retirar un papel de regalo del mercado luego que alguien se quejó de que veía una esvástica en su patrón.
La mala conducta podrá ser inusual en el mundo de Hallmark, pero no es nada nuevo para Hollywood, donde escándalos de sexo y otros problemas afectan a celebridades y compañías. Pero el crimen de cuello blanco del que Loughlin está acusada es parecido al de otra malhechora improbable: Martha Stewart, quien fue hallada culpable en el 2004 de obstrucción de la justicia y de mentirle al gobierno sobre una venta de acciones.
“Perdió la confianza”, dijo Robert Passikoff, presidente de Brand Keys, una firma de investigación de marca en Nueva York. Y lo mismo ocurrió con su imperio, pese a los esfuerzos de Stewart de separar sus actos personales de su marca: “Es un error”, dijo Passikoff. “Uno es la marca”.
Mientras Stewart era el símbolo principal de su negocio, Loughlin no es la única actriz de Hallmark. La coprotagonista de “Full House” Candace Cameron Bure y Lacey Chabert están entre sus estrellas más populares, y una más emergió este año cuando Kellie Pickler protagonizó el éxito “Christmas At Graceland”.
“Hay otras actrices allá afuera para reemplazarla”, dijo Reis.