La casa de Brasil es el estadio Maracaná. Brasil regresará a su casa el domingo por primera vez en seis años.
El Maracaná albergará la final de la Copa América, donde Brasil buscará su décimo título continental ya sea ante el campeón reinante Chile o Perú.
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La final marcará el bautismo para muchos integrantes de la Canarinha en el mítico estadio de Río de Janeiro, con capacidad para 87.000 espectadores, sede de dos definiciones de la Copa Mundial, la final del fútbol olímpico en los Juegos de Río y otros grandes partidos.
Inclusive el mismo Tite no ha dirigido a la selección en el Maracaná desde que asumió como entrenador en 2016.
“Ahora sí que me convertiré de verdad en el técnico de la selección”, bromeó Tite en el estadio Mineirao tras la victoria 2-0 ante Argentina en las semifinales.
“Los jugadores siempre dicen que no te conviertes en futbolista hasta que juegues en el Maracaná. Es lo mismo para un técnico”, añadió.
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El último partido de Brasil en el coloso fue en junio de 2016, cuando la Selecao vapuleó 3-0 al entonces campeón mundial y europeo España en la final de la Copa Confederaciones de 2013.
La afición brasileña seguramente tratará de emular el ambiente electrizante de ese día para que el equipo conquiste su primera Copa América desde 2007.
Chile y Perú se medían en Porto Alegre el miércoles por la noche para dirimir el otro protagonista de la final.
Inicialmente, Brasil iba a cerrar las eliminatorias del pasado Mundial en el Maracaná. Pero el partido ante Chile en octubre de 2017 debió trasladarse al Allianz Parque de Sao Paulo debido a problemas legales que involucraban al Maracaná.
Escándalos de corrupción y cambios frecuentes en su administración afectaron al estadio que fue renovado para el Mundial de 2014. Brasil hubiera jugado en Río de haber alcanzado la final, pero la debacle 7-1 en Alemania en semifinales se lo impidió.
El Maracaná ni siquiera ha sido utilizado para amistosos de Brasil. En tiempos recientes, sólo la selección olímpica ha actuado ahí, incluyendo la final de los Juegos de Río 2016.
Tite no estaba al frente de ese equipo Sub23, pero el zaguero Marquinhos y el ariete Gabriel Jesús formaron parte del grupo que obtuvo la medalla de oro tras ganar una definición por penales ante Alemania.
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El Maracaná fue donde también Brasil ganó su última Copa América como local, en 1989. El delantero Romario firmó el único gol en la victoria ante Uruguay ante más de 132.000 aficionados. Por entonces, los boletos era baratos y los asientos estaban más cerca de la cancha.
Los organizadores informaron que las entradas para el domingo están agotadas. Las más baratas costaban casi 60 dólares y las caras llegaron a 200. A primeras horas del miércoles, los revendedores ofrecían boletos a 400 dólares cada uno en la web y redes sociales.