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Opinión de Jesús Manuel Ortiz: Una nueva oportunidad

Lee la opinión del representante por el Partido Popular Democrático, Jesús Manuel Ortiz.

En los pasados días hemos visto en la prensa la polémica en la que está inmersa la Liga de Volleyball Superior Femenino. Esto como consecuencia de la solicitud del equipo Las Sanjuaneras de la Capital para sustituir a la refuerzo de origen estadounidense Destinee-Washington por tener un embarazo de alto riesgo y su médico recomendarle no continuar jugando en el torneo. Esta solicitud fue denegada por la Liga, su director de torneo, José “Picky” Servera, por el presidente de la Liga, el Dr. César Trabanco, y otras entidades pertinentes. La denegación surge a base de lo dispuesto en el reglamento de la Liga de Volleyball, el cual expone que una jugadora solo puede ser sustituida en esta etapa de la temporada por una lesión que le imposibilite jugar. Lo irónico es que de las explicaciones públicas que han surgido, todo tiende a indicar que el reglamento no define claramente el término lesión. Dado esto, las Sanjuaneras no se presentaron a jugar al primer juego de la Serie Final, por lo que la Liga suspendió a las Sanjuaneras por un año y declaró campeonas a las Criollas de Caguas sin jugar un solo juego de esta serie final.

Sin duda alguna, esta polémica y la decisión de la liga trascienden el ámbito deportivo. Se trata de un ejemplo vivo de políticas que en la ejecución, en este caso en el deporte, tratan de manera desigual a las mujeres. Es otra demostración de por qué debemos promover escenarios de equidad, no necesariamente de igualdad, pues es en ese fino balance donde podemos encontrar el camino para una sociedad más justa. Este caso nos presenta el increíble escenario en el que en una liga de mujeres, presidida por un médico, su reglamento no contempla el embarazo como una razón para inhabilitar a una atleta y por ende permitir los mismos remedios que tienen disponibles para el caso de una lesión.

Esta polémica deja un mal sabor en el país, luego del recibimiento de nuestra campeona olímpica Jasmine Camacho-Quinn. Independientemente del tecnicismo que se quiera usar para justificar la determinación de la liga, es evidente que estamos ante reglamentación absurda que no está correctamente diseñada para la población que atiende, en este caso mujeres atletas. No tengo dudas de que esta controversia será la punta de lanza para atemperar a los tiempos las políticas de la liga en aras de tratar con respeto y justicia a sus jugadoras. La pintura está clarita en la pared; tienen una nueva oportunidad.

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