Metro esta de cumple. Ya hace 1 año que lanzó en Puerto Rico. Y hace 1 año me lancé con ellos en esta aventura de contar lo que hago en mi cocina en Pizca de Gourmet. Recuerdo cuando me llamaron la semana antes de lanzar para discutir mi punto de vista sobre el tema. En esos 10 minutos condensé los 10 años que me trajeron a compartir aquí todos los miércoles un pedacito de mi vida.
Resulta que tengo una niña de 10 años que nació con una lesión cerebral. Si supiera que pasó lo compartiría con gusto, pero a esta fecha no tenemos diagnóstico. Lo que si sé es que desde ese momento mi familia y yo comenzamos un camino diferente al esperado. Un camino en el cual un día un doctor te está diciendo que tengas más niños porque tu hija no va a sobrevivir, y si lo hace que no esperes que llegue a Harvard ni que sea abogada ni ingeniera ni política para inmediatamente corregirse y decir que política sí porque en este país no hace falta tener mucho cerebro para ser político, y, literalmente al día siguiente estas en un sitio lejos donde te dicen que no dejes que nadie te haga pensar que no hay nada que hacer. Un camino en el que unos te hacen sentir como los mejores papás del universo y otros te dejan saber que esto puede ser parte del proceso de aprendizaje para la vida, excluyéndose de situaciones que están fuera del control de cualquiera. En fin, un camino bien interesante.
Una de las misiones de ese camino era hacerme cargo en un 100% de su dieta por alergias y necesidades nutricionales. Desde antes del añito, todo lo que come mi hija es hecho en la casa. Aquí el refrán si del cielo te caen limones… aplica, pero no de una forma sarcástica o conformista. Aunque siempre me encantó la cocina, esto despertó una interés en mí de entenderla a un nivel más técnico. Empecé con cursos de nutrición y química de los alimentos en el centro de rehabilitación que llevamos a nuestra niña en Filadelfia. Añadí muchas lecturas y experimentos. Y mientras más cocinaba más me gustaba. Se comenzó a transformar en una tarea en la cual podía ponerme creativa y disfrutar algo que de todas formas iba a tener que hacer. Comencé a desarrollar técnicas e ideas desde el punto de vista casero y del diario, usando de base lo que veía en restaurantes, libros y clases de metodología. Cuando era obvio que quería experimentar en el campo culinario fuera de mi hogar, tuve la maravillosa oportunidad de ampliar mis conocimientos poco a poco en distintos centros, incluyendo los tan importantes International Culinary Center y Le Cordon Bleu. Experiencias que para una “Stay-at-Home-Mom” eran fuera de este mundo. ¡Verdaderamente increíbles!
Volviendo a la conversación telefónica, esta columna de cocina no se trata de cocinar, se trata más de inspirarnos con lo que tenemos de frente. Tenía dos opciones, pero no me dejé definir por las circunstancias y decidí inspirarme a través de la cocina en la vida que Dios me regaló, por eso siempre sonrío y vivo agradecida. También me inspiro en otras madres que están en el mismo camino que yo y también decidieron aventurarse en algo dentro de ese mismo camino, como una gran amiga que hizo su maestría en terapia del habla y ahora tiene sus propios pacientes. Y si puedo inspirar a otras personas a que si van a servir un arrocito blanco con huevo frito, sea por la prisa o el presupuesto, lo sirvan en un plato diferente con alguna hierbita como detalle para su familia voy a estar aportando un granito de arena comparado con todas las bendiciones que Dios me ha dado. Como le dije a una amiga y compañera ayer cuando me dijo que cocinaba de vez en cuando: mejor de vez en cuando que nunca.
Así que este blog de hoy es de celebración también para mí. Hace un año no sabía la diferencia entre un “#” y un “@” en Twitter, y sólo tenía una camarita de las chiquititas porque, citándome a mi misma “no soy una persona de tomar fotos”. Un año después he aprendido de fotografía, aunque reconozco que gran parte del trabajo lo hace la cámara. Y con las redes sociales me he estado defendiendo. Lo próximo en este nuevo año es un cursito de Photoshop y la batidora grande que todos quieren, aunque reconozco que la batidora de mano es más divertida y quemas con anticipación las calorías que te vas a comer. Para celebrar lo que logramos este año y las cosas nuevas del que ahora comienza hice este bizcocho de chocolate con frosting de coco. Pero para no hacerlos leer más aquí les comparto esta columna de marzo de los cupcakes del cumpleaños de mi nena en la cual comparto unas guías prácticas cuando queremos hornear.
¡Gracias a todos en mi familia, sin ellos no estaría lo loca que estoy!… Puedes encontrarme en Facebook @ Pizca De Gourmet, Instagram @DevAmadeo o Twitter @PizcaDeGourmet ¡Hasta la próxima!
Bizcocho de Chocolate con Frosting de Coco – 2 bizcochos de 9 pulgadas
Equipo – 2 envases medianos y 1 grande de cristal o metal, batidora eléctrica, de counter o manual, 2 moldes redondos para horno de 9 pulgadas* y spray de hornear
Tiempo total – 2 horas Tiempo de hornear – 20 a 25 minutos
Bizcocho de Chocolate
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1 taza de leche + 1 cda de vinagre blanco (para hacer buttermilk)
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1 ¾ taza de harina blanca sin blanquear
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¾ taza polvo de cacao natural sin endulzar
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1 ½ cdta baking soda
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½ cdta sal fina de mar (gránulos chiquitos)
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1 cda café negro instantáneo + 2 cdas agua
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2 cdas aceite vegetal
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½ taza de yogurt griego sin grasa
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8 cdas (1 barrita) mantequilla sin sal, ablandada a temperatura ambiente (que puedas indentar un dedo sin resistencia)
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2 tazas azúcar natural
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1 ½ cdta vainilla
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2 huevos grandes y fríos
En una taza combina la leche con el vinagre. Deja reposar mínimo 10 minutos.
Calienta el horno a 350 ° .
Usando un colador grande cierne la harina, el polvo de cacao, el baking soda y la sal en uno de los envases medianos. Coloca aparte.
Calienta por 30 segundos las dos cucharadas de agua con el café. En otro de los envases mediano bate con batidor de mano 1 cucharada del café hecho, el aceite, el yogurt y la leche. Coloca aparte.
En el envase grande combina con batidor eléctrico de mano con un solo batidor la mantequilla ablandada con el azúcar y la vainilla por 5 minutos en velocidad máxima, hasta que se formen gránulos pequeñitos de la mezcla. Puedes usar una cuchara pequeña para ir reintegrando los que se queda en las paredes. Baja la velocidad y añade 1 huevo al la vez. Vuelve a subir la velocidad y bate por 3 o 4 minutos adicionales.
Vas a intercalar las mezclas de la leche y la harina a la de la mantequilla, integrando en tercios y comenzando con la de la leche y terminando con la de la harina, batiendo entre 1 a 2 minutos en cada integración. Si estás usando batidora eléctrica manual te recomiendo que cada vez que te toque añadir la harina apagues la batidora e integres con la misma batidora la mayor parte de esta y luego la prendes para batir el tiempo requerido. Así evitas que se sople la harina.
Rocía los moldes con spray para hornear, de 3 a 4 segundo cada uno. Divide las mezclas en partes iguales en cada molde y hornea de 20 a 25 minutos, hasta que introduzcas un palillo en el centro y salga limpio. Deja enfriar.
Frosting de Coco – 3 tazas (para bizcocho de 4 pisos)
Equipo – batidora eléctrica, de counter o manual, envase mediano profundo
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2 tazas (4 barritas) de mantequilla sin sal, ablandada a temperatura ambiente
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4 tazas de azúcar blanca de confección
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1 cdta vainilla
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2 ½ cdtas extracto de coco
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½ taza de coco rallado (opcional)
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colorante (opcional)
En el envase crema la mantequilla con la vainilla y el extracto de coco por 5 minutos en velocidad rápida, hasta que se vea liviana y con picos. Baja la velocidad y añade la azúcar poco a poco. Si estás usando batidora eléctrica manual te recomiendo que cada vez que te toque añadir la azúcar apagues la batidora e integres con la misma batidora la mayor parte de esta y luego la prendes para batir el tiempo requerido. Esto evita que la azúcar se sople cuando la añadas. Bate de 3 a 5 minutos adicionales, hasta que se vea todo integrado. Si vas a añadir colorante, bate por unos minutos adicionales. Guarda en la nevera de 5 a 10 minutos para que se ponga firme.
Puedes usar los bizcochos enteros para hacerlo de dos pisos o picarlos por la mitad de forma horizontal para que sea de 4 pisos. Con una espátula pequeña cubre cada capa con parte del frosting a gusto. Cubre el tope con un poco más de cantidad de frosting para que puedas hacer picos. Cubre con el coco rallado si deseas.
*Para esta receta usé unos moldes especiales en forma de flor y de ½ pulgada de altura, pero la receta trabaja perfectamente con moldes redondos de 9 pulgadas.