Opinión

Justicia torpe con policías

Lee aquí la columna del periodista y director de programación de NotiUno.

Hace unas semanas escribí una columna de opinión donde exponía la necesidad de apoyar a nuestros policías. Esto luego de la muerte, en el cumplimiento del deber, del agente Eliezer Ramos en el residencial de Sabana Abajo de Carolina a manos de sicarios.

En días pasados quedé perplejo cuando escuché que el Departamento de Justicia decidió acusar criminalmente a varios policías por la lamentable muerte de un jovencito que intentó utilizar un auto robado como arma letal al intentar abalanzarlo contra los agentes que lo tenían acorralado. Repasemos lo ocurrido.

En la madrugada del 1 de agosto del 2022 se reportó el robo de un auto en el municipio de Carolina. El vehículo tenía sistema de GPS, por lo que se dio con su ubicación con relativa rapidez. Cuando agentes de la Policía de Puerto Rico dieron con el auto se inició una persecución. El conductor, de quien se desconocía su identidad y si estaba armado o no, entró a una calle sin salida y los agentes bloquearon la misma. En claro menosprecio de la vida de nuestros policías, este arrancó en reversa de manera temeraria y tumbó a los agentes.

Hagamos un paréntesis. Podemos estipular que nuestros policías salen con uniforme y eso los convierte en blancos. También podemos estipular que no son síquicos, que no tienen poderes sobrehumanos y que hay situaciones donde es evidente que corren riesgo de morir. ¿Recuerda la tragedia del 2021 cuando, a plena luz del día unos policías fueron ejecutados en la Baldorioty de Castro por sicarios que estaba más y mejor armados? Esos agentes daban persecución sin abrir fuego, por la seguridad de los conductores. Los asesinos detuvieron su marcha, se pararon en medio de la vía y, tipo película, abrieron fuego de sus potentes armas contra los policías, sin importarles si alcanzaban un ciudadano inocente. A eso se enfrentan nuestros policías en las calles.

Ahora bien, volvamos a ese día de la tragedia en la que este joven pierde la vida. Cuando el conductor fue a impactar a los agentes, estos abrieron fuego contra el auto. Impactaron con cerca de 60 tiros el vehículo y el conductor recibió cerca de 15. Una vez iniciada la investigación de la escena, entonces es que se conoce la identidad de quien intentó llevarse enredados a los policías, que era menor de edad (16 o 17 años) y que no estaba en posesión de arma de fuego. No perdamos de perspectiva que un auto puede convertirse en un arma letal y el uso que le dio el joven en ese momento fue de arma letal contra los policías.

¿Podía el joven detenerse, bajarse y entregarse? Sí. Hoy estuviera vivo. Ahora, usted puede argumentar que el conductor pudo pensar que los agentes podían abrir fuego en su contra y matarlo viciosamente. Su argumento puede ser razonable, pero entonces también tendría que aceptar que igual de razonable es que un policía, en un momento como ese, sin saber quién es el conductor, sin saber si hay más personas dentro del vehículo, sin saber si están armados hasta los dientes , y pensando que pueden morir como los que murieron en la Baldorioty o en Sabana Abajo, pueda abrir fuego. De hecho, entre lo de la Baldorioty y el agente Eliezer Ramos en Sabana Abajo hay un elemento en común, no abrieron fuego contra quienes atentaban contra sus vidas. ¿Qué pasó?… los acribillaron. El policía tiene que defenderse y proteger su vida también.

¿Por qué tantos tiros? pudieran preguntar. 60 tiros es un promedio de 10 tiros por agente, a un vehículo que les viene para encima. ¿O pretende usted la ridiculez de que los agentes conversaran en esos segundos “¡Morales, ya disparé dos. ¿Cuántos llevas tú?... ¡Recuerden muchachos que tienen que contar cada uno sus disparos y no deben pasar de dos o tres!”? El que piense que en los segundos donde un policía está a punto de perder la vida tenga que hacer un análisis de tiros es un ridículo y un fanático antipolicía. ¿Por qué la mayoría de los disparos fueron para el área del conductor?, también puede preguntar. A eso, otra pregunta: ¿Y quién tiene el control del vehículo que está a punto de arrollarlos?

¿Por qué no a las gomas? No dudo que haya habido disparos para las gomas pero de nuevo, un conductor que intenta tirar un auto sobre unos policías tiene intención de matar, si lo entiende necesario, para escapar, aparte que disparar a las gomas no garantiza que el vehículo se detenga. ¿Y si escapa y en la huida y mata a uno, dos o tres personas en el camino? ¿Para dónde van a apuntar los dedos nuevamente? Para los policías, y dirán que esa persona mostraba intención de matar, que lo dejaron escapar y por culpa de eso murieron dos o tres inocentes. Palo si boga y palo si no boga.

Si los policías no actuaban como actuaron y el conductor hubiese escapado, habiendo intentado arrollar policías, aquí hubiese habido un jolgorio mediático ridiculizando a los agentes. Porque creen que sacando un letrero de PARE o enseñando las esposas a una persona que va a arrollarlos se va a detener.

El Departamento de Justicia, en mi opinión, al acusar a estos policías, hasta por apuntar con su arma de reglamento a un vehículo que les venía para encima, envía un mensaje terrible a los agentes del orden público y a quien esté pensando en ingresar a la fuerza. ¿Qué promueve Justicia con su proceder y tratar a estos agentes como vulgares asesinos al acusarlos de “asesinato en primer grado”? Que en situaciones similares miren para el lado para que no venga el Departamento de Justicia con un espectáculo como este. Solo Justicia creería que en situaciones similares con un “Buenas noches joven, por favor, suave que puede atropellarnos y matarnos. Agradecemos sea más cuidadoso” hubiesen evitado la tragedia. Acusarlos fue una decisión torpe y a lo loco.

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