Opinión

“Mi dolor más grande no es el cáncer, son aquellos que decían eran mis amigos y me abandonaron”, Tato Hernández

El periodista deportivo habla en exclusiva con Fernan Vélez Nalgorazzi

Tato Hernández
Tato Hernández

Conozco a “Somos o no somos”, digo, a Feliciano “Tato” Hernández, periodista deportivo vegabajeño y hoy con 59 años de edad, hace como 15 años. Lo conocí en las susodichas emisoras de radio de SBS. Tato trabajaba en la emisora Z 93 dando deportes y luego trabajamos juntos en el Circo de La Mega, donde yo fui productor y donde Tato tenía su segmento de deportes, que al menos duró más que el show de Mr. Cash en Teleonce. Siempre hemos estado en comunicación, mayormente por Whatsapp, bochinchando y enviándonos memes y fresquerías, como todo el mundo (no se hagan).

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De momento, el 15 de junio pasado, pa variar por ese mismo app de la perdición, me anuncia, de sopetón (pensé que me había enviado otra foto del Onlyfans de Noris Joffre), que tiene cáncer de próstata hacía tan solo un mes y me pidió que orara por él. Lo noté asustao y no es para menos. Me frikié y rápido lo llamé. Hablamos. Constantemente le escribo preguntándole cómo sigue hasta que un día le dije que lo iba a visitar y entrevistar pa esta columna. Me tiré pa su casa en Vega Baja y tan pronto lo vi (lo acompañaba la muchacha, muy simpática, que le ayuda en la casa y a él), me asombró al verlo perder muchísimo peso. Ha perdido 200 libras debido al cáncer. De 427 libras, era 64 de pantalón, ahora está en 240 libras. Allí mismo en la sala de su casa, rodeado de sus miles de carritos Hot Wheels, trofeos, fotos con diferentes deportistas, en pistas de carros, le hice esta entrevista. Antes de empezar, Tato ordenó una pizza por teléfono. Ya picaba el hambre, eran como las 6 de la tarde.

Tato ha vivido toda su vida en el deporte. Es coleccionista de carritos Hot Wheels, tiene como 10,000 de ellos en su casa por todas partes y donde tiene su taller para bregar todos los días en eso. Los vi y es impresionante (pueden ver algunos en las fotos abajo). Es su pasión y lo que le da vida, según me dijo. Es uno de los duros en Pe Erre y hasta su canal de Youtube tiene, dedicado a esa fiebre. Y es un fiebrú también de la aceleración, trabajando en muchísimos eventos en las diferentes pistas de carros en la isla. Sus papás lo llevaban a las pistas desde que estaba en un corral siendo un bebé, así que imagínense.

Me dolió cuando me confesó que el cáncer le ha traído, irónicamente, la soledad más grande de su vida. Su intento de quitarse la vida y su posterior encuentro con Dios, que le cambió su forma de pensar. Me quedé frío cuando me contó que algunas figuras súper famosas del deporte, que eran sus amigos, con quienes hasta trabajó y eran como familia, le dieron la espalda en este momento tan duro y hasta compañeros de los medios. Tato, sin pelos en la lengua, mencionó nombres y apellidos, como a Olga Tañón, a quien le bajó caliente y se llevó su agüita. Tienen que leer esta entrevista.

Tato, háblame de tus inicios. Trabajaste con grandes figuras del deporte.

“Comencé con Juan “Igor” González e Iván Rodríguez, cuando ambos jugaban en las Grandes Ligas. Trabajé muchísimos años con ellos. Era como su asistente personal, su manejador. Fue en 1989. Era más que una relación de trabajo, era una amistad. Trabajé con Igor 6 años, hasta 1994, cuando llegó la señora Olga Tañón a la vida de Igor. Ella es una de las mejores exponentes del merengue, pero como ser humano es una bolsa de mierda.

Te lo digo sin que me quede nada por dentro. Tuvimos muchos roces. Decidí alejarme y me regresé a Puerto Rico. Igor se molestó. Ella no es lo que aparenta. Me hizo par de cosas. Ya han pasado muchos años pero siempre he tenido esa espinita en mi corazón. La gente vio en el camino quién tenía razón. Ella fue quien le quitó el apellido a la hija pa dárselo a aquél fulano. Afectó a Igor. Fueron muchas cosas.”

Trabajaste muchos años con Mechtech.

“Sí, desde el 16 de enero del 2002 sin fallar. Mi labor era parte en el mercadeo, parte en los carros de carrera y el programa de televisión. Luego de mi diagnóstico en mayo 9 del 2023, una boba allí me suspendió en mayo 17. Ella me botó. Si lo sabía o no lo sabía, no sé. El dueño me ayudó. Es mi pana.”

¿Cuánto tiempo trabajaste en Z 93?

“Desde el 2002 hasta el 2015, regresé en 2018 hasta ahora que sigo trabajando con ellos por teléfono con mi segmento de deportes en el espacio de 8 a 10 de la mañana en Nación Z. Tengo intervenciones a las 8:20, 8:50 y 9:20 de la mañana. Me levanto todos los días a las 4 de la madrugada para prepararme.”

¿Cómo comenzó todo cuando te diagnostican con cáncer?

“Comencé con dolor bien fuerte en la parte baja de la espalda. No se me iba y me dificultaba caminar. Me hice un MRI. Tenía los discos herniados pero me pidieron que me chequeara la próstata ya que la inflamación se reflejaba más abajo. Me hice unos laboratorios de sangre y tenía la próstata en 20. Luego me piden hacerme una colonoscopía y arrojó 40. Posteriormente me hicieron una biopsia de la próstata y arrojó 90 y positivo a cáncer. Me llamaron para que fuera ya que no eran buenas noticias. Para ese entonces ya no podía apenas caminar.

Me dijo el doctor: “Tato, tienes cáncer tipo 3 en la próstata y metástasis en la pelvis”. Cuando  me dijo “metástasis” se me fue el mundo encima ya que me estaba afectando los huesos. Empecé a llorar (llora en medio de la entrevista). Una de las cosas que nunca pensé, porque se me fue mi mamá, quien era mi soporte y lo superé. Pero cuando el doctor me dijo eso se me cayó el mundo. Fue una cosa bien terrible. Me hospitalizaron rápido en el Metropolitano, me hicieron 20 estudios. Me trasladaron a Manatí para coger 14 radioterapias ya que, al paso que iba, iba a perder por completo el caminar. Y así fue. Tampoco podía hacer mis necesidades por mí mismo. Estuve 5 meses postrado en una cama sin caminar. Tampoco sentía las piernas, del ombligo para abajo. (Llora) Yo dije: “me voy a quedar sin movimiento. No, esto no puede pasar”. Allá arriba hay un Dios. Si yo merezco esto, yo la voy a coger, yo los tengo bien amarraos. Yo sé que Dios me va a ayudar a soportar esto. Durante 3 meses tuve que pagar, de donde no tenía, las radioterapias. Mi hermano Javier ha estado ahí ayudándome con eso. Luego comencé con quimioterapias, por suero y otra inyectada. Esos primeros meses me destruyó el apetito, el ánimo, las ganas, las fuerzas. No estaba preparado para eso. La idea es que la próstata baje hasta que encapsulemos el cáncer. El medicamento también ayuda para los huesos. Que aunque me sienta adolorido, hace que me sienta mejor y pueda volver a caminar. En esas estoy.”

¿Qué ha sido lo más fuerte en todo este proceso?

“Que en todo este año que llevo con esto, todo el grupo de amistades que tenía, se desaparecieron todos. Mi dolor más grande es que mi compadre, Iván Rodríguez, no me ha enviado ni un mensaje de texto.”

¿Pero él lo sabe?

“Sí, él lo sabe. Su mamá lo sabe. ¿Por qué? No sé. Sí recibí un mensaje de texto a su nombre pero sé que no era él. Iván tiene una ortografía increíblemente mala y yo sé cuando me escribe él y cuando me escribe su esposa.”

¿Qué decía el texto?

“Caballo, pronta mejoría. Te quiero. Así, bien escrito. No fue él.”

¿Igor se ha comunicado contigo?

“Sé que él lo sabe. Amistades mías y que tenemos en común se lo han dicho. Se olvidó de mí. Eso a mí me duele. Me voy a morir algún día pero ya yo superé eso. Pero que se joda. No me importa ya. Ni quiero un vellón de ellos ni me importa tenerlo. Ya las que he pasado, las he pasado solo con mi hermano y mi familia. Uno de los primeros 5 que me brindaron ayuda económica fue Héctor “Deplaymaker”. Me dijo que aunque teníamos diferencias y peleas, yo era un ser humano tremendo. Me dijo que aprendió conmigo y no me iba a dejar solo y eso me llegó. Un día lo llamé, estaban en vivo y le pedí perdón. El dueño de Martin BBQ en Manatí hizo una actividad y se recogió algo. La emisora hizo una actividad también y se recogió algo. Pero todo se va en deducibles, medicinas y mis demás gastos de la casa y el carro.”

¿O sea, tu único ingreso ahora es el de la radio?

“Sí, gracias a Cristóbal Ramos por no quitarme esa chamba. Y también recibo cupones, no me abochorno. Estoy tramitando para que me adelanten el seguro social debido a la enfermedad.”

Me habías comentado que tuviste un encuentro con Dios. ¿Cómo fue eso?

“¿Qué charlatán peor que yo? Las barbaridades que yo he hecho en esta vida. Pero el tener un encuentro con Dios en mi cuarto, ha resultado en lo mejor de mi vida. (Comienza a llorar) Estaba yo, como contigo ahora, aquí en mi casa. Mucha gente dirá que estoy loco y que soy un embustero pero eso yo lo vi con estos ojos. Me voy a morir algún día pero lo vi. Me fui para el cuarto con el andador, estaba cansado por las terapias durante siete meses. De momento, la puerta del cuarto donde guardo la memorabilia se abrió. Salió una luz. Era de día. Me pregunté de dónde salía y miré, la luz me ciega, abro la puerta para buscar acostarme. Veo esta imagen bien grande con una bata blanca. Lo más que me impactó fue que esa imagen me puso una mano en el hombro como estoy viendo la tuya ahí. Y esa mano tenía una huella, que ahí había un clavo, que por ahí pasó un clavo. Y cuando lo vi, dije WOW ¿tú eres Dios? Y me dijo “estoy contigo, cree en mí, que yo te voy a ayudar”. Dejé el andador y me fui a mi cuarto a acostarme. Al rato, cuando caigo en cuenta me dije ¿y ahora cómo busco el andador? Yo sin ese andador no puedo bregar. Llamé al vecino para pedirle ayuda para que llevara el andador a la cama. Desde ese día supe que todos los que estamos en este planeta tienen que saber y entender que hay una imagen que se llama Cristo y que existe. Que toda la historia que cuenta la Biblia, de todo lo que pasó es verdad porque yo lo vi, no me lo contaron. Desde ahí he tenido mis altas y bajas pero Él ha estado ahí, siento su presencia y bienestar. Oro y me aprendo cuanto versículo hay porque (comienza a llorar) cuando yo me pare de aquí voy a contar mi verdad y le voy a enseñar a la gente que no sepa sobrellevar esta enfermedad, que aún no acepte esta enfermedad, use los caminos de Cristo. Filipenses 4:13 dice “Todo lo creo en Cristo, que me fortalece”. Porque la verdad es Palabra de Dios y Dios murió por nosotros, cargó una cruz. ¿Cómo yo no voy a cargar esta? Esta yo la cargo. En el nombre de ese Dios Todopoderoso me voy a parar de aquí, voy a andar mejor y un día voy a decir o que estoy libre de cáncer o lo tengo controlado, encapsulado. Pero ¿quién hizo eso? Dios lo hizo y las oraciones de gente que vienen aquí, a quienes no conocía y se meten en mi cuarto a orar. Como ayer, vino Roberto Arias (periodista deportivo ya retirado).”

¿Qué ha sido lo más duro para ti en todo este proceso?

“Mi dolor más grande no es el cáncer, son aquellos que decían eran mis amigos y me abandonaron. A lo mejor la culpa fue mía por pensar que ellos tenían el corazón y la lealtad igual que yo. Me di cuenta que no, eso era pa las apariencias de Iván, de Igor, el jueguito de pelota, los pases, entradas, restaurantes, regalos, pagan rounds, pero Tato con cáncer “fuck it”.”

¿Quieres aprovechar y decirles algo?

“No les voy a enviar mensaje. ¿Sabes por qué? Porque ellos no me lo han enviado a mí. Don Omar es mi primo. Yo me llamo Feliciano Hernández Landrón. Don Omar se llama William Omar Landrón. Mi abuelo es es el hermano mayor del grupo del señor que es papá de Don Omar. Yo trabajé con Don y con Raphy Pina en un montón de cosas en mis tiempos libres. Yo cogí cáncer y ese varón, tampoco. Yo no quiero un vellón. Solo quería un mensaje de “vamos pa alante, estoy contigo, voy a ti”. Comoquiera yo oigo su música y tengo la memorabilia de Iván y de Igor en mi casa.”

Pero ¿Don Omar sabe de tu enfermedad?

“Sí, lo sabe. Par de panas míos se lo han dicho. Eso me ha dolido. La mamá de Iván Rodríguez siempre ha bregado conmigo y su hermano. El papá nunca me ha llamado ni visitado y tantos viajes que di con él, que dormimos juntos en un hotel, él en una cama y yo en otra. ¿Qué les habrán dicho de mí? ¿Qué chisme les habrán dicho? Aunque sea el chisme más grande, una enfermedad va por encima de todo. Y si no pueden venir a verme, puedes enviar un mensaje de texto, mi número es el mismo desde hace un montón de años. No quiero saber de ninguno de ellos. Voy a morir así, con eso. Pero de esos dos seres, Iván Rodríguez e Igor González, te puedo asegurar que nunca se pusieron una cabrona inyección de esteroides. Yo estaba pendiente de eso 24-7. Ellos eran fanáticos del gimnasio y de las pesas. Nunca los vi a ellos haciendo eso. Nadie puede decir que hubo una prueba de Grandes Ligas (de dopaje), con todo y la basura que habló José Canseco, de que ellos dieron positivo. Después de los libros que publicó Canseco, hasta a mí me ponían a orinar cuando llegábamos a entrenamiento. Mucha gente ha hablado mierda con cojones, si tener pruebas. Eran tan buenos peloteros, que les tenían el ojo puesto 24-7.

¿Estás pasando todo esto prácticamente solo con el apoyo de tu familia?

“Poco a poco, como pueda, me manejo en mis terapias y en mis cosas, no me quiero quedar en mi casa todo el tiempo. No puedo trabajar como antes, irme pa una pista y eso. Puedo guiar pero a sitios cerca, a lejos no. A veces me he tomado el atrevimiento y me he ido solo pero los panas míos se molestan y me traen para mi casa de vuelta. No quiero quedarme más aquí solo. No tengo las fuerzas de antes. Los efectos secundarios de las quimios es peor.”

De todas las experiencias uno siempre aprende algo. ¿Que te ha enseñado la vida en este proceso tan duro?

“Que no hay amigos. Solo hay conocidos, la familia. Pero también primos que se olvidaron de ti. Esos que jamás pensaste que no iban a coger el teléfono y te iban a llamar o te iban a decir “corre pa Walmart que te envié algo” y yo enviaba a mi hija a buscarlo. Como gente que pensé que iban a estar aquí cuando pudieran pa charlar, como ahora tú que estás aquí conmigo, pero eso no pasó y no me importa que pase. Voy a batallar esto, lo he hecho solo.”

¿Tus amigos de los medios en que trabajaste tantos años se han comunicado?

“De la radio (Zeta 93) “El Hachero” (Luis Antonio) siempre me llama. Otros compañeros ni una sola llamada me han dado. Hace poco fue el Día Nacional de la Zalsa y pensé que al menos por distinción me iban a invitar para que me despejara un poco pero no pasó y ni siquiera quiero preguntar. La Burbu siempre se ha comunicado conmigo. A esa mujer yo la amo. Siempre que ha tenido un break me ha llamao y tan pronto se enteró me llamó y me ha ayudado. En noviembre fui de sorpresa a la emisora en su cumpleaños. La persona que me cuida me llevó y se sorprendió de verme. Compañeros del departamento de Ventas se han comunicado. Le agradezco a Sixto Pabón, Víctor Roque y Cristóbal Ramos por hacer unas cositas pa mí, pusieron un anuncio en la emisora por tres semanas de un evento para recaudar fondos, que me ayudó a recuperarme y me dio para comprar mi cama, la silla de ruedas, el andador ya que no tenía plan médico ni nada. Eso yo se los voy a agradecer toda la vida. Mi mayor orgullo es trabajar en Zeta, estar ahí en la mejor emisora del mundo. Yo sé que cada uno tiene su agenda y sus cosas pero un domingo pueden venir por ahí a mi casa en Vega Baja o una llamada. El Hachero ha venido. Esas cosas me llegan pero no los puedo juzgar porque yo no mando en sus vidas, eso tiene que salir de ti. Pero me ha sorprendido. Cholongo (Javier Gómez) es otro que ha estado conmigo. Julián Gil, Gustavo Barceló, que murió, Roberto Sueiro, siempre que pueden me llaman y me envían algo. Tito Trinidad me ha llamado unas cuantas veces y me ora y me canta por teléfono, tan lindo. Me saca las lágrimas. Julio Voltio también me ha llamado un par de veces y ha orado por mí. Otro que le agradezco es al luchador Savio Vega y Maldo El Poderoso, quien también tiene cáncer, todos los días me llama.”

Hace unos días me contaste que tuviste unos malos pensamientos y trataste de quitarte la vida.

“Sí (comienza a llorar). A principios de febrero. Me sentí tan agobiao, tan solo, vi todos los potes de pastillas, me los quería beber todos, darme un palo de agua y que me jodiera. Al otro día vinieron unos pastores a mi casa, a quienes había llamado y me oraron. Estaban pescando y vinieron apestosos a pescao, dejaron todo, el bote afuera de mi casa con todo y trailer. Me oraron e hicieron entender un montón de cosas. Al tercer día de eso fue mi encuentro con Dios en mi cuarto, que te conté. Esto ni mi hermano lo sabe, pero iba a hacer eso. Me vi bien cerca de quitarme la vida. Esto no es fácil. Todos los días solo, caballo. La misma agenda de levantarme, ver las noticias, el show del mediodía, Viva la tarde, a ti en Lo sé todo, que tú sabes que te texteo mientras te veo. A las cuatro las noticias. A las seis te pego un cuerno y veo a Alex DJ y luego veo deportes, me tomo los medicamentos y me acuesto. ¿Sabes lo que es por nueve meses ese patrón, solo? Eso es lo más fuerte, la soledad. Yo me acostumbré porque desde el 2007 me dejé de mi pareja, sufrí mucho y dije que nunca más iba a tener novia ni esposa.”

¿Cómo era tu relación con Dios antes de esta prueba?

“Tres carajos. Siempre he creído y tengo tatuado al Divino Niño. Fui religión Yoruba, te toco un tambor y todo. Pero yo andaba por la vida importándome tres carajos, lo que hacía era beber, putear, joder, tó lo que me gané lo gasté, no guardé tres carajos. La gente dirá que soy millonario pero no. Tuve en un tiempo pero me lo bebí, lo brinqué y me lo gocé. Pero yo estaba solo, no le debía nada a nadie.”

¿En que etapa te encuentras hoy en el tratamiento?

“La próstata ha ido bajando, está en 16, de 90 que la tenía. No me la extirparon porque estaba muy grande y tenía muchos tumores cancerosos y se me podía regar por el cuerpo y era peor. La estamos encapsulando. Me acaban de dar la novena quimioterapia, de 10, que será en abril 20. Luego me harán Un Pet Scan para ver cómo está el cáncer. Pero me siento mucho mejor. Los primeros 6 meses fueron cabrones de agobiantes pero los otros han sido mejores. Yo en esta silla de ruedas por lo menos me paro (se pone de pie para demostrarme), antes no podía caminar.”

¿Qué te mantiene de pie y firme?

“Los carritos de Hot Wheels (se ríe). Es mi pasión. Mira esa colección. Tengo mi página en Facebook y Youtube que se llama “Somos Hot Wheel Puerto Rico”. Eso es lo que me mantiene vivo. Todos los días le meto a esto. Toda esa gente me ha ayudado y se preocupan por mí. Igual mi pasión por los carros de carrera. Si por mí fuera vivía en la Pista de Salinas en un cuarto allí.”

¿Cómo ves la vida ahora con esta experiencia del cáncer?

“Unas ganas de vivir increíbles. Pidiéndole a Dios que me dé por lo menos par de años más de vida. Dejar a mi hija encaminada. Yo estoy en los caminos del Señor, no voy a ir contra su voluntad y tiene una para mí, dos años, cuatro años o un año. El haber visto lo que vi me cambió el mundo, me cambió todo. Sé que saldré de aquí y lo voy a predicar.”

Todos tenemos nuestro día pa llegar al “barrio de los acostaos” (cementerio). Cuando llegue el tuyo, que será de aquí a muchos años ¿cómo quieres que te recuerden?

“Como Clemente (Roberto), en el sentido de aquél que dio todo lo que tenía para dar. (Llora) Porque yo nunca he tenido un no para nadie. Me ayudan y yo ayudo. Si se puede, hacer un rumbón con 4 congas y todos cantando ahí. Y con las motoras, que son mi pasión.”

¿Qué mensaje de inspiración puedes enviarle a toda persona que esté pasando por el cáncer o por alguna prueba difícil en su vida?

“Lo más importante cuando te diagnostican una enfermedad es no perder la fe en Cristo. Si te encapsulas, la mente es tan poderosa que tu tiempo de vida te lo va disminuir. Tener fe en los medicamentos, buscar ayuda, en qué entretenerte, distraer la mente. El peor enemigo es tu mente y la mente me estaba comiendo a mí, me iba a hacer cometer un disparate. Gracias a Dios no pasó. Que luego de ser mujeriego, de amanecerme, beber, comer, conocí a Jesucristo, al verdadero amigo, al que tenía que conocer. Ese es mi mejor amigo. Los otros que estuvieron y me fallaron, no me importa. Tengo al mejor y se llama Jesús de Nazareth, quien está conmigo 24-7 y me dio una oportunidad.”

Tato me pidió que añadiera unos agradecimientos especiales para unas personas que lo han estado ayudando en este proceso. Entre ellos, un amigo de Budweiser, Miguel Quevedo, que va a su casa, le cocina y todo. Al único pelotero que lo ha ayudado, el “Hall of Fame” dominicano David Ortiz “Big Papi”.  Rafy Sánchez y Aracelis.

PD: Luego de más de una hora de entrevista, nosotros esmayaos y yo a punto de abrirle la nevera y jocearle par de cosas, la pizza no llegaba. Tato agarró el celular y llamó de nuevo medio agitao quejándose, con toda la razón. Le dijeron que estaba “de camino” (de dónde, no sabemos) pero al poco tiempo llegó el chamaco, salí, le pagué, nos sentamos a jartarnos y seguir hablando y vacilando.

Tato, mi pana, me alegró mucho verte. Sigo orando por tu completa recuperación. Gracias, no solo por la amistad sino por la confianza, el desahogo y por invitarme hasta tu casa. La próxima vez yo llevo la comida conmigo. Te quiero bro.

Se enteraron #PrimeroConElNalgo en Metro.

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