Opinión

Juventud: fuerza de cambio

Lee aquí la columna de la secretaria de Asuntos de la Mujer y Género del PIP.

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El control del bipartidismo Partido Nuevo Progresista (PNP) y Partido Popula Democrático (PPD) por las pasadas siete décadas ha tenido consecuencias nefastas para nuestro país. La inexistencia de un proyecto político, económico y social nos sigue sumiendo cada día más a la crisis en la que nos encontramos.

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Además, el control político electoral del PPD y el PNP ha desmotivado durante años a un sector de la población, mayormente jóvenes, de participar en las elecciones bajo el supuesto de que era imposible quitarle esa hegemonía bipartita mediante el voto. Eso está cambiando; hoy somos testigo de la pérdida de fuerza y apoyo de los dos partidos que se han turnado el poder y que son responsables de la crisis del presente.

Pero ser observadores a distancia de esa pérdida de poder no es suficiente para forzar el cambio. El tiempo corre, y en menos de un año culmina el proceso de inscripción. Datos de enero del 2017 al 30 de septiembre de 2019 indican la inscripción de 61,509 nuevos electores. Los datos de enero de 2021 al 30 de septiembre del año en curso reflejan una reducción de nuevos electores a casi la mitad. Al presente, se estima que de un potencial de 150,000 jóvenes de primer voto hay poco más de 37,000 inscritos.

La inacción de la Comisión Estatal de Elecciones (CEE) para intensificar las campañas de inscripción de jóvenes de escuelas superiores y universidades no parece ser accidental. Esto, a pesar de la insistencia del PIP, quien desde la CEE ha propuesto, durante todo el cuatrienio, inscribir masivamente en las escuelas superiores y universidades.

Para derrotar al bipartidismo, saca tu tarjeta electoral visitando una Junta de Inscripción Permanente, de lunes a viernes, de 8 a.m. a 4:30 p.m.. Si por motivos de estudios, vas a estar fuera del país el día de las elecciones, tienes derecho a solicitar el Voto Ausente.

La juventud representa una importante fuerza de cambio para el desarrollo del país y su participación en la vida política es fundamental para construir una democracia más sólida y justa. Sobre todo, en un país en el que la juventud se ve forzada al éxodo ante una realidad política y social que nos impide el acceso a la salud, educación, vivienda, trabajo y a una vida digna.

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