Hace unos días dialogaba con el alcalde de Las Piedras, Miguel “Micky” López y el ex alcalde de Ceiba, Gerardo Antonio “Toñito” Cruz, sobre el porqué gobierno tras gobierno, rojos y azules, tropezamos con las mismas piedras y “no aprendemos”. “Porque tenemos un gobierno permanente que no importa quién gobierne, es ese gobierno el que determina”, respondí. Un gobierno permante que proteje intereses partículares y que, por alguna razón, no le conviene que las cosas se ejecuten de forma distinta para que funcione como el pueblo merece.
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Hemos sido gobernados por el Partido Popular Democrático (PPD) 11 cuatrenios y 7 por el Partido Nuevo Progresista (PNP). Ambos partidos se han repartido a sus anchas miles de puestos gubernamentales en las últimas 4 o 5 décadas. En una isla tan politizada es muy importante tratar de tener control del gobierno estando en el poder y estando fuera del poder también. Esos ejércitos político —partidistas llamados “servidores públicos… progresistas, populares” ubicados en puestos de confianza, de carrera con algún poder y supervisión, son los que se encargan de entorpecer a una administración u otra, incluso de su propio partido si el gobierno permanente se viera amenazado. Responden a los intereses del partido y no a los del pueblo. Señores, y no estoy hablando del que nos expide la licencia en el CESCO, tampoco del que nos cobra en la colecturía o el que pasa trimer en las carreteras. No hablo de los empleados públicos en general. Son muchos, no todos, de los que tienen algún poder de entorpecer, obstaculizar, buscando un problema a cada solución, una razón para que no se haga algo, para perpetuar lo más que se pueda el status quo.
¿Quieren ejemplos? ¿Cómo se hubiese mantenido el denominado “cartel del petróleo” sin apoyo interno en la AEE? No hubo director ejecutivo, ni investigación legislativa que pudiera contra dicho cartel. ¿Recuerdan quienes participaron de la fiesta de despedida del encargado de las compras de combustible en la corporación pública? ¿Recuerdan la resistencia a una planta de disposición de basura en Arecibo? El gobernador decía que la planta iba si cumplía. Esta cumplía, pero una subalterna decía al mismo tiempo que no iba. Al final del día, entre esa y otra subalterna lograron hacer que la compañía desistiera por cansancio, estirando el chicle y drenándola económicamente. Ocho años más tarde no sabemos qué hacer con la basura y todos los que se opusieron hoy miran para el lado ante el problema. Por eso digo que no importa el gobernador de turno, para muchos asuntos el verdadero poder no está en La Fortaleza. Creo que ustedes me entienden muy bien.
En las elecciones pasadas participaron, aparte de los tradicionales PNP, PPD y Partido Independiente Puertorriqueño, el Proyecto Dignidad y el Movimiento Victoria Ciudadana. Ambos lograron entrar en la legislatura varios candidatos. Tenemos un gobierno compartido que, una vez más, demuestra que este concepto no funciona porque no permite que se avance. Creo que estamos destinados a este tipo de gobierno disfuncional llamado “compartido”, en gran parte porque los partidos tradicionales no demuestran madurez y continúan actuando con las actitudes que hartan al pueblo, lo que a su vez provoca un descontento en los electores voten castigando, lo que es comprensible. Encuentran en estas mínorias una valvula, no de escape, más bien de desquite. Eso diluye más el poder en la legislatura y reduce las probabilidades de consensos para lograr avanzar, especialmente con legisladores extremistas.
Habiendo planteado el asunto del gobierno permanete, controlado por el PPD y PNP, súmele una legislatura diluída en 5 partidos, ¿qué realmente podrían lograr un Juan Dalmau, un Javier Jiménez o un Manuel Natal, en un diminuto caso hipotético, para echar la isla adelante? Pienso que lo mismo que ahora, y cuidado si menos.
¿Usted cree que Dalmau, Jiménez o Natal en la gobernación echarían Puerto Rico adelante sin control de la legislatura, sin la mayoría de alcaldes y sin esa estructura política que tiene el PPD y el PNP llamado “gobierno permanente”?
El PIP es un partido ideológico que busca la independencia para Puerto Rico y su campaña para el 2024 pinta que echarán el tema independentista a un lado, nuevamente con el argumento que si ganan la gobernación, la idependencia no llegará en un cuatrenio, por lo tanto su rol será administrar la colonia. Cada vez que Victoria Ciudadana dice que no son un partido idependentista, ni ideológico, recuerdo el meme-vídeo de los dos hombres riéndose a carcajadas y sin contenerse. ¿Usted de verdad piensa que si llegaran al poder se dedicarán solo a administrar la colonia? Bueno, pero ese es otro tema.
¿Tienen Juan Dalmau y Javier Jimenez la capacidad para gobernar a Puerto Rico? No solo la capacidad, también la buena intención, yo no pongo en duda eso. Pero con este escrito solo busco análizar qué distinto pueden hacer sin un control de la legislatura y con un gobierno permanente. ¿O usted cree que postulando un solo candidato a Cámara y otro a Senado esos dos candidatos van a lograr control legislativo para ejectutar su política pública?
Con esa realidad, en el caso del PIP, creo que lograr la gobernación, más que mover la rueda y echar el país adelante, se trata de un intento, primero de lograr algo que quede en los anaqueles de la historia, y en segundo lugar aprovechar una oportunidad de desestabilizar la relación de la isla con los Estados Unidos, no para que llegue la independencia en dos o tres años, pero sí intentar iniciar esa ruta.
Quien tenga la esperanza que con cualquier candidato de minoría en la gobernación la isla va a echar hacie adelante, sin poder legislativo y con ese gobierno permanente, pues admiro su ingenua esperanza. Esto no es un escrito en favor del PNP o el PPD porque son esos los responsables del desastre que tenemos. Este escrito es para que usted analice si con ese escenario, de verdad hay esperanza con el PIP, MVC o PD de que las cosas de verdad caminen. Llegue a sus propias conclusiones. La mía es que estaremos igual o peor.