En las pasadas semanas hemos visto con dolor como la ola criminal arropa nuestras calles y se lleva vidas en su paso arrollador. Mientras la preocupación ciudadana aumenta, el gobernador Pedro Pierluisi, la Comisionada Residente y el PNP se encuentran enfrascados en una lucha primarista que dista mucho de lo que Puerto Rico necesita en este momento.
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Las constantes balaceras en vías públicas y los asesinatos de adolescentes mantienen al país con preocupación e indignación. Ante esta situación la obligación del aparato de gobierno y de quienes lo lideran es trabajar con urgencia en la búsqueda de alternativas reales. Lamentablemente eso no es lo que hemos estado viendo de parte del gobierno del PNP. Al mismo tiempo en que todo esto sucede en nuestras calles, el Gobernador y la Comisionada Residente dedican sus energías a hacerse jugarretas como parte de la lucha primarista que se acerca.
Es decepcionante que los líderes políticos del PNP, Pedro Pierluisi y Jenniffer González, parezcan más ocupados con cuestiones partidistas y su primaria a la gobernación que con la urgente crisis de seguridad que afecta a nuestra Isla. La seguridad ciudadana debe ser la máxima prioridad, no el “tirijala” político del PNP. La alta criminalidad, el incumplimiento de la reforma de la policía y la urgente necesidad de reclutamiento en la uniformada son asuntos de principal importancia que merecen atención inmediata. Para que tengan una idea, desde el 2010, la Policía de Puerto Rico ha perdido 8,895 agentes.
Gobernador y Comisionada, el país no necesita que su prioridad sea la búsqueda de votos en su contienda, lo que necesita es que hagan su trabajo para atender los problemas que enfrentamos como país. Es hora de que el Gobernador y la Comisionada Residente pongan de lado sus agendas políticas y enfoquen sus energías en la seguridad y bienestar de aquellos que nos protegen.
En este momento crítico, instamos a los líderes del PNP a poner el bienestar del país por encima de sus intereses partidistas. La seguridad ciudadana no puede esperar, y es necesario unir fuerzas para buscar soluciones efectivas y duraderas. Nuestra Isla merece un liderato responsable y comprometido con garantizar la tranquilidad y la seguridad de todos sus habitantes.