Opinión

¿Por qué es tan difícil enmendar la Ley 22?

Lea la columna del periodista Julio Rivera-Saniel

Metro Puerto Rico

Lo pienso y lo pienso, y no lo entiendo. ¿Qué es lo que hace tan complicado que la Legislatura y el Ejecutivo le den el “sí”a enmendar la famosa y controvertible Ley 22? La lógica inicial escapa a mi atención. Si bien entiendo la resistencia de algunos sectores a eliminar por completo el estatuto, a pesar de darle vueltas al asunto nada parece hacer lógica cuando descubrimos que existe oposición a la idea de enmendarla para aumentar su rentabilidad y expandir sus beneficios a la clase económica local. Dicho de otra forma,legisladores y el Ejecutivo electos por el pueblo tienen dudas acerca de la idea de extender el beneficio a los puertorriqueños y hacer que se reciba algo a cambio de ofrecer jugosos alivios contributivos. ¡Se lo están pensando! ¿Qué exactamente es lo que hay que pensar?

Hablemos del escenario actual y usémoslo como ejemplo de lo que les comento. El senador Juan Zaragoza presentó junto a los senadores Thomas Rivera Schatz y Ramón Ruiz Gómez el proyecto 684 que pretendía enmendar la ley y con ello, entre otras cosas:

1. Ampliar la definición de “Individuos inversionistas residentes” para incluir a puertorriqueños residentes en la isla .

2. Exigir inversión mínima de al menos un millón de dólares ($1,000,000)

3. Exigir un mínimo de  Empleos Directos Provenientes de la Inversión.

Sin embargo, el proyecto fue enviado a la comisión presidida entonces por Gretchen Hau y murió en el trámite legislativo porque, sencillamente, no se atendió. O lo que es lo mismo, se dejó morir por inacción.

Luego de lo anterior, Zaragoza se unió como firmante al proyecto de ley que radicó Rivera Schatz y que a grandes rasgos tiene las mismas intenciones. Se trata del proyecto del Senado 490, sometido inicialmente en 2021. Esa medida establece en su texto que “Si bien el estado de derecho actual ha permitido mejorar cierta actividad económica en la isla, resulta necesario realizar enmiendas que propicien un mejor balance entre el atraer individuos inversionistas a la isla para la capitalización de negocios en Puerto Rico, y otros objetivos apremiantes para el interés público tales como el desarrollo del capital local, la equidad contributiva entre los ciudadanos y la fiscalización efectiva y justa de los beneficios que se otorgan”. La medida propone:

  • Eliminar el trato contributivo preferente al inversionista extranjero sobre el inversionista local. Esta medida extiende los incentivos al inversionista residente de Puerto Rico independientemente de su procedencia previa, proveyendo un trato equitativo entre todos los contribuyentes.
  • Alterar el estatus actual de Puerto Rico como paraíso fiscal por ser una jurisdicción que ofrece cero contribuciones para individuos que se relocalicen. Esta legislación impone contribuciones que, aunque preferenciales para incentivar la inversión, no serán cero bajo ningún concepto de tributación
  • Se estructura un requisito de inversión y creación de empleos similar al que establece el programa de visas para inversionistas extranjeros del Gobierno Federal (EB-5). De esta manera se evita que se otorguen beneficios a cambio poca o ninguna actividad que fomente el desarrollo económico.
  • Promover  una mayor fiscalización del beneficio
  • Atender el problema de inflación en los valores de la propiedad en ciertas áreas eliminando el requisito de comprar vivienda que la Ley 22 y la Ley 60 establecía, disponiéndose además que la inversión elegible requerida no podrá ser en bienes raíces a menos que sea para el desarrollo de vivienda asequible

Este proyecto tampoco ha completado su trámite y a penas es objeto de discusión dentro de la agenda legislativa.

Entonces, es preciso preguntarse, ¿por qué? ¿Puede alguien oponerse a que se requiera un mínimo de inversión a cambio de tasas contributivas preferenciales? ¿Es malo que se imponga como requisito la creación de empleos cuando se supone que el propósito del estatuto sea incentivar la economía local? ¿Por qué no es bueno extender el beneficio a puertorriqueños residentes en la isla que muestren capacidad de cumplir con los requisitos de inversión y creación de empleos?

Dígamelo usted porque yo no lo entiendo, sobre todo si de verdad se trata de actuar para jugar pa’l el equipo. El nuestro. El de todos los puertorriqueños. Si el juego es distinto, entonces pongan las cartas sobre la mesa.

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