La pasada columna me cayeron chinches luego de publicar el bochinche del pelotero boricua de Grandes Ligas Roberto, mi BFF, “Bebo” Pérez, cuando pregunté si tenía o no un romance con mi también BFF, la modelo Coral del Mar, mejor conocida como “Coral La Jeva”. Comenté que Bebo estaba en proceso de divorcio en ese entonces. Revolqué el avispero, sin lugar a dudas.
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Chacho, Coral me ha dao senda bloqueá de Instagram, que todavía me duelen los ojos. No he dormido desde entonces. Ustedes me conocen, es normal cuando ocurre eso con ciertas figuras públicas que no aguantan presión. Me sorprendió de ella, que lleva unos añitos en esto del faranduleo y pensaba tenía el “cuero duro”, como decimos (que estaba acostumbrada a que se hablen de ellos en los medios). Total, lo que hice fue preguntar si estaba o no con Bebo. Duermo tranquilo porque no me inventé nada ya que ella misma presumía a Bebo en sus redes, grabándolo y retratándolo con corazones y escribiendo “El mío” y hasta un vídeito juntos ella grabó, donde se veían claritos. Si fue por mi estilo al escribir mis columnas, donde vacilo también, esos son otros veinte pesos. Pero es eso, mi estilo y no voy a cambiar. La propia Coral comentaba sobre mis chismes en redes, precisamente por mi estilo, le gustaba. ¿En serio se va a enchismar conmigo por eso, por algo que ella me aplaudía? Hay que orar. Yo me llevaba bien con ella pero parece que se chavó tó. Pero más alante vive gente. La clara es que, ¿quién hablaba de ella antes de yo publicar la columna? Absolutamente nadie. Yo lo hice y reaccionó así. En la vida hay que ser agradecido. Pero yo no voy a dejar de ser quién soy y cómo soy, por nada ni nadie. Por eso le digo a las figuras públicas: si no quieres que se sepa algo, no lo publiques. Así de sencillo.
Hablando de Bebo, acaba de coronarse campeón con los Indios de Mayagüez en la Liga Profesional de Béisbol de Puerto Rico y van rumbo a Venezuela a representarnos en la Serie del Caribe. Felicidades por eso y por la reciente contratación en Grandes Ligas con los Gigantes de San Francisco, luego de haber firmado por $5 milloncitos con los Piratas de Pittsburgh el año pasado pero jugó poco tras haberse lesionado.
Ahora es que se pone bueno este BOCHINCHÓN.
Les había comentado en la columna anterior que se supone se concretara el divorcio de Bebo y su esposa Dianis, madre de sus tres hijos. Se casaron en el 2016 en Arizona, aunque llevaban 10 años juntos. Bebo le puso el divorcio por Ruptura Irreparable, radicándolo en Puerto Rico, en Mayagüez, para ser exactos. Se supone que hace 2 semanas el divorcio se finiquitara peroooooo…pasó algo importante e inesperado para Bebo. Tengo el documento exclusivo (lo pueden ver abajo) que evidencia que por ahora ese divorcio no va, al menos no en Puerto Rico. En la sentencia, la Honorable Jueza Soraya Méndez Polanco, explica que el Tribunal se ve obligado a velar que se cumpla el requisito jurisdiccional establecido en el Artículo 424 del nuevo Código Civil, que dispone que “Ninguna persona puede solicitar u obtener la disolución de su matrimonio por divorcio si no ha residido en Puerto Rico por un año, de manera continua e inmediatamente antes de presentar la petición. Se puede obtener, por excepción, con menos tiempo de residencia, si la causal ocurre en Puerto Rico o cuando uno de los cónyuges reside en la jurisdicción de la Isla. Dicho escenario nos obliga a determinar que carecemos de jurisdicción para atender los méritos de esta demanda de divorcio por ruptura irreparable pues no se cumple el requisito de residencia en Puerto Rico de por lo menos un año con anterioridad a la presentación de la demanda, así como tampoco se puede concluir que la causal en que se funda su solicitud de divorcio ocurrió aquí”.
En arroz y habichuelas, el Tribunal desestimó la demanda de divorcio que radicó Bebo en Puerto Rico. BOOOMMM.
Dicho esto, pude averiguar más (presentao al fin que soy).
Mientras Bebo radicaba el divorcio en Puerto Rico, su esposa lo había radicado en Ohio, por la causal de Trato Cruel, ya que, alegadamente, por 6 meses hasta la radicación del divorcio, Bebo vivía con su esposa e hijos en Ohio. Su esposa no pudo emplazarlo ya que no contaba con una dirección física de Bebo en la Isla. Bebo alegó que el matrimonio se rompió mientras él estaba en Puerto Rico pero su esposa junto a su representación legal demostraron que no fue así. Bebo, según me cuentan, vivió con su esposa e hijos hasta octubre del año pasado, un mes antes de él radicar el divorcio, lo cual se aclararía el que no estaban separados hace dos años, como trascendió públicamente. Ellos nunca estuvieron separados. Su esposa, alegadamente y según mis fuentes, sospechaba que Bebo le era infiel.
Hay que ver qué decide el Tribunal de Ohio en cuanto a la residencia (me imagino, una “chozita” humilde) que tanto Bebo como su esposa compraron en Winter Park, Florida, justo cuando se da todo esto del divorcio. Las vistas del divorcio se están dando en estos momentos en Ohio.
Definitivamente, un divorcio es un proceso difícil y doloroso para cualquiera y más si hay hijos de por medio. El sufrimiento es muy grande. Mis mejores deseos para todos y ojalá se lleve en completa paz este proceso. De corazón.
Sigo preguntándoles, tanto a Bebo Pérez como a Coral “La Jeva”, si están juntitos o no. Sigo esperando por sus respuestas. Coral primero puso su cuenta de Instagram privada tan pronto explotó el bochinche en mi columna anterior. Luego, me bloqueó y finalmente cerró su cuenta. Simplemente, desapareció de las redes. Se “volvió un ocho” al parecer. No sé pero veo una sonrisa en el rostro de Joshua Pauta (con todo y perridientes).
Les mantendré informados, así que pendientes.
Se enteraron #PrimeroConElNalgo en Metro.
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