Opinión

¿Procuradora o sello de goma? El gran reto de Vilmarie Rivera

Lea la opinión del periodista Julio Rivera-Saniel

Julio Rivera Saniel
Julio Rivera Saniel

Después del receso legislativo que llega con la época navideña, los trabajos en las ramas Ejecutiva y Legislativa han retomado con agenda pendiente: designar a quien sustituirá –de ser confirmada- a la licenciada Lersy Boria como procuradora de las mujeres. Para el puesto se ha escogido a Vilmarie Rivera y, como suele suceder con estos puestos, nadie ha quedado indiferente. Pero contrario a lo que ha sido el caso con designaciones pasadas al cargo, el gobernador Pedro Pierlusi ha apostado a cumplir al pie de la letra con el texto de la ley habilitadora. En concreto, ha designado a una mujer con probado historial en defensa de las mujeres y la perspectiva de género. Y lo ha hecho, como sugiere el texto de la ley habilitadora, desde una terna sometida por los grupos que defienden los derechos de las mujeres en la isla.

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Es importante destacar que desde la primera procuradora, María Dolores Fernos, el resto de las designaciones no ha contado con estos dos elementos incluidos en la ley. En el caso de Rivera, su expediente es elocuente a la hora de confirmar ese expediente. Ha sido directora de la Red de Albergues de Violencia Doméstica por 12 años y ha dirigido por 18 años el Hogar Santa María de la Merced en Cayey.

A pesar de sus credenciales, aún está por verse si Rivera cumple con los requisitos de la clase política para ser confirmada. Y estos no siempre van de la mano de los requisitos de ley. De entrada, ya hay oposición de voces como los senadores Joanne Rodríguez Veve, de Proyecto Dignidad, y Thomas Rivera Schatz del PNP. En ambos casos, las razones expresadas públicamente como motivo de los reparos para su confirmación apuntan al historial de Rivera y su defensa en de asuntos como la perspectiva de género. Y ello no deja de ser cuando menos interesante a la luz de la ley orgánica que crea la Oficina de la Procuradora y la procuraduría. En el artículo 4 (Creación) la Ley deja claro que la persona que ocupe el puesto de procuradora de la mujer debe tener un compromiso con el tema de la equidad y la perspectiva de género. “La designada a este cargo deberá ser una mujer de reconocida capacidad profesional e independencia de criterio, que se haya distinguido por su compromiso en la defensa de los derechos de las mujeres, en la lucha por la eliminación de todas las manifestaciones de opresión, marginación y discrimen, por su respeto a las diferencias y que esté dispuesta a hacer un análisis continuo de la situación de las mujeres desde una perspectiva de género”, reza la Ley. ¿Puede el cumplimiento con un requisito de Ley para el puesto ser usado en contra de su confirmación? Parecería que si. Aunque suponga un contrasentido.

Aún está por verse cuál será la suerte de la designada. Sin embargo está claro que tendrá grandes retos. El primero de ellos, ser confirmada. El principal de ellos, lograr ejercer esa independencia de criterio que requiere la Ley Habilitadora. No es secreto que una queja frecuente sobre quienes en el pasado han ocupado el cargo es que responden de manera primaria a compromisos con sus partidos nominadores en lugar de defender la población a la que representan. Como consiguiente, hemos tenido procuradora tímida en su denuncia pública y fiscalización por temor de pisar los callos de quienes les han puesto en su silla. Vilmarie Rivera deberá demostrar carácter para denunciar y valentía para hacerlo, de ser necesario, bajo la administración que le ha nominado. Debe comprender que las procuradoras (y ello aplica al resto de los procuradores que el tiempo parece haber convertido en brazos del ejecutivo en lugar de voces activas en la fiscalización y la defensa) no son parte del Gabinete del Gobernador de turno. Que deben fiscalizar que las políticas públicas vayan a tono a las intenciones tras la creación de su puesto y alejarse del activismo político.

Esa, señores, no es tarea pequeña. Sin embargo no ha de ser complicado para quien asuma el cargo con un compromiso real con la población que está llamada a servir. Rivera cuenta con el conocimiento y la experiencia para hacerlo. Conoce el camino. Solo resta que no lo olvide cuando comience la marcha.

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