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Comienzan las exequias del biólogo marino asesinado la semana pasada en Yauco

La familia de biólogo marino asesinado en Yauco brindó detalles de sus exequias fúnebres y pidieron justicia.

Roberto Antonio Viqueira Ríos, el biólogo marino asesinado en Yauco.
Roberto Antonio Viqueira Ríos Roberto Antonio Viqueira Ríos, el biólogo marino asesinado en Yauco.

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La familia del biólogo marino puertorriqueño, Roberto Antonio Viqueira Ríos, quien fue asesinado la pasada semana en Yauco, informó que el velatorio y las exequias fúnebres se llevarán a cabo este domingo en la Funeraria Yauco Báez Memorial.

En el lugar estarán de 9:00 de la mañana a 6:30 de la tarde.

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Asimismo, pidieron que se investiguen todos los ángulos posibles de este crimen, que según ellos fueron motivos “personales, políticos y profesionales”.

El hombre de 49 años fue ultimado a balazos aparentemente por su vecino.

Se trata del enfermero Eduardo Meléndez Velázquez, quien fue encarcelado el jueves, luego que la jueza Adria Cruz Cruz del Tribunal de Primera Instancia (TPI) de Ponce, encontrara causa para arresto en cinco cargos criminales relacionados al asesinato del biólogo marino.

La investigación de la División de Homicidios del Negociado de la Policía de Puerto Rico (NPPR) destaca que el imputado entró en la residencia de Viqueira Ríos, disparó un arma de fuego, causó su muerte y puso en riesgo la vida de la esposa del occiso.

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El asesinato fue reportado a eso de las 11:24 de la noche del miércoles, 16 de julio de 2025, en la calle Star de la urbanización Estancias de Yidomar, en el pueblo de Yauco.

La magistrada le impuso una fianza global de $1.75 millones de dólares. Al no prestar la suma, fue ingresado en prisión de forma inmediata.

La vista preliminar del caso fue pautada para el lunes, 28 de julio de 2025.

¿Quién era Roberto Antonio Viqueira Ríos?

Nacido en San Germán y criado en Yauco, Roberto se dedicó a la justicia social, ambiental y política. En su juventud colaboró con Casa Pueblo y se destacó en las luchas ambientales del suroeste de Puerto Rico, denunciando la contaminación generada por la planta Tropical Fruit en Guayanilla, defendiendo el Valle de Lajas, y promoviendo la protección del Bosque Seco y de especies emblemáticas como el sapo concho.

Militó en la Federación Universitaria Pro Independencia (FUPI) y participó activamente en la lucha por la desmilitarización de Vieques.

Fue cofundador de La Nueva Escuela, un espacio autogestionado que integraba educación popular, arte y organización comunitaria.

Fue un biólogo marino reconocido por su trayectoria académica y profesional. Dedicó su carrera a la protección y restauración de los ecosistemas costeros y cuencas hidrográficas de Puerto Rico, integrando la ciencia ecológica con la gestión comunitaria y la educación ambiental.

Como fundador y director ejecutivo de Protectores de Cuencas (PDC), una organización sin fines de lucro con base en Yauco, se convirtió en un referente regional en proyectos de infraestructura verde y restauración de hábitats.

Impulsó iniciativas como la construcción de humedales artificiales para tratamiento de aguas residuales, campañas educativas como Think Before You Drop It, y programas agrícolas sostenibles, incluyendo el cultivo de café bajo sombra.

Desarrolló técnicas innovadoras de hidrosiembra para estabilizar costas y recuperar hábitats naturales.

Entre sus reconocimientos destaca el Premio Nacional de Humedales del Environmental Law Institute (2016), que le otorgó el título de Wetland Community Leader por su impacto en la conservación ambiental y el fortalecimiento de comunidades.

También lideró proyectos en todo Puerto Rico y las islas vecinas, entre ellos la restauración y conservación en Punta Soldado y Playa Tamarindo en Culebra, donde se promovió la reforestación con especies nativas y el monitoreo de fauna local. En Bahía Mosquito, Vieques, desarrolló iniciativas para restaurar manglares, monitorear ecosistemas y educar a la comunidad para preservar la bioluminiscencia única del área.

Actualmente, Protectores de Cuencas co-maneja junto al Departamento de Recursos Naturales y Ambientales (DRNA) exitosamente el Bosque Seco de Guánica, Patrimonio de la Humanidad, transformando el espacio mediante la reforestación, el control de especies invasoras y la creación de infraestructura para la educación ambiental y el ecoturismo.

También participan activamente en el Proyecto para la Restauración de las Salinas de Cabo Rojo, un esfuerzo esencial para recuperar humedales costeros que brindan servicios ecosistémicos vitales a la comunidad, como protección contra inundaciones y apoyo a la pesca artesanal.

Su trabajo se extendió al Corredor Ecológico del Noreste y las Islas Vírgenes, donde colaboró con grupos locales en la restauración de ecosistemas marinos y costeros, impulsando programas educativos para fortalecer la resiliencia ambiental ante el cambio climático.

Una de las causas más importantes que adoptó fue la restauración de la Laguna de Guánica. Este proyecto no solo tiene un impacto ambiental sino también social y económico, con potencial para revitalizar la economía local mediante empleos, turismo sostenible, pesca responsable y agricultura regenerativa.

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