Ante una dependencia de las autoridades federales para el envío de pruebas o vacunas, las respuestas a emergencias de salud pública tuvieron mayor rendimiento por esfuerzos y alianzas entre comunidades y grupos de profesionales, reconocieron la principal oficial médico, Iris Cardona, como la de Epidemiología, Miriam Ramos Colón.
Ambas funcionarias reflexionaron sobre las respuestas recientes a COVID-19, cuyos casos van en aumento, y dengue, de la que hay declaración de epidemia hasta diciembre; también, sobre sarampión y SIDA (síndrome de inmunodeficiencia adquirida) entre las décadas de los 80 y 90.
Cardona, quien iniciaba su carrera médica para estas últimas emergencias, también enfatizó en la necesidad de detección temprana, intervención inmediata y educación al público para detener la propagación y fomentar el cuidado, que son recomendaciones con las que coinciden profesionales de otras disciplinas que participaron en el simposio.
“Nosotros dependimos del CDC (Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades) por un mes”, recordó la pediatra sobre la respuesta a la pandemia de COVID-19. “Se desarrollaron equipos y no solo eran de salud: aquí la gente se subió las mangas y se puso a trabajar”. Mencionó como ejemplo el rol de laboratorios que desarrollaron pruebas locales, que sirvieron como alternativa para detección y minimizar dependencias con los CDC.
Ramos Colón, por su parte, planteó cómo, en el manejo de esa respuesta, la coordinación del transporte de las vacunas, herramientas para limitar o evitar contagios, con agencias federales les obligó a reconocer las realidades del archipiélago.
“Logramos que vieran que una cosa es la respuesta a nivel mundial como pandemia y otra cosa eran las necesidades de Puerto Rico porque ¿por dónde iban a llegar las vacunas? No iban a llevarlo por avión o por barco. Las vacunas tenían que venir ultracongeladas”, dijo tras explicar, junto a Cardona, que consiguieron unos congeladores específicos en laboratorios de investigación para el almacenamiento del material biológico.
La epidemióloga también abordó los desafíos, o espacios para mejoría, que restan por atender para esas respuestas: una mejor conexión entre sistemas de información, una modernización de datos y el uso de inteligencia artificial. “Ese es el futuro de los componentes”, estableció, además de señalar como reto la proliferación de información falsa o no validada con fuentes científicas, ampliamente difundida en redes sociales.
Entre las lecciones aprendidas que compartió Ramos Colón están la vigilancia constante a enfermedades, no bajar la guardia con los riesgos, la importancia de las vacunas, generar confianza y la necesidad de política gubernamental.
Joaquín A. Rosado Lebrón cubre salud para Metro Puerto Rico a través del programa Report for America.